La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) explicó que ese índice cayó un 0,6 por ciento respecto a abril, lo que representa la segunda disminución mensual consecutiva.
Según la entidad, ello obedeció a una disminución del costo de los aceites vegetales, los productos lácteos y el azúcar, aunque esta última en menor medida.
Dicha disminución mensual obedece principalmente a la bajada de los precios de los aceites de palma, girasol, soja y colza, de acuerdo con la nota publicada
Por el contrario, la cotización de los cereales aumentó un 2,2 por ciento más que en abril y un 29,7 por encima de hace un año, en particular el trigo, como consecuencia de la prohibición de las exportaciones anunciada por la India, y de las perspectivas de disminución de la producción en Ucrania por el conflicto.
El descenso fue aún mayor en el caso del maíz, cuyos costos fueron en picada por una ligera mejora de la situación de los cultivos en Estados Unidos, los suministros estacionales en la Argentina y el comienzo inminente de la cosecha en Brasil.
Las restricciones a la exportación crean incertidumbre en los mercados, alzas de los precios y una mayor volatilidad de estos, por lo que el descenso de las semillas oleaginosas muestra lo importante que es suprimir dichas limitaciones y dejar que las ventas fluyan sin impedimentos, señaló el economista jefe de la FAO, Máximo Torero.
Esa agencia de la ONU adelantó que las perspectivas sobre la producción mundial de cereales en 2022 apuntan a un descenso, el primero en cuatro años, hasta dos mil 784 millones de toneladas, 16 millones de toneladas menos que la del pasado año.
También prevé que el comercio mundial de esos productos disminuya un 2,6 por ciento respecto al nivel 2021/22, con 463 millones de toneladas, el volumen más bajo en tres años, pese a que las proyecciones para el comercio internacional de arroz son positivas.
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