Expertos señalan que la decisión tomada esta semana por la Casa Blanca crearía condiciones para la implicación directa de Estados Unidos en el diferendo bélico entre Moscú y Kiev, dadas las capacidades de ese armamento para que sus proyectiles puedan alcanzar territorio ruso.
El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, advirtió en días recientes que su país responderá ante un posible uso contra su territorio de los sistemas de lanzacohetes múltiples Himars suministrados a Ucrania.
Es completamente obvio que tenemos que reaccionar a esta amenaza, y en ese caso nuestras Fuerzas Armadas no tendrán más remedio que atacar los centros de toma de decisiones de ese país, señaló a la cadena qatarí Al Jazeera el alto funcionario ruso.
Precisó que estos lugares son el Ministerio de Defensa, el Estado Mayor, entre otras sedes del Gobierno ucraniano, aunque, según dijo, “por desgracia, los centros de toma de decisiones finales ni siquiera están en el territorio de Kiev”.
Declaró que tanto Estados Unidos como algunos países de la Unión Europea participan en las acciones militares en Ucrania, “en el formato de la llamada guerra subsidiada”, en referencia a que entregan recursos militares y financieros mientras Ucrania pone las víctimas.
El jefe de la oficina presidencial de Ucrania, Andréi Yermak, informó que representantes de su país y Estados Unidos coordinaron por teléfono la asistencia militar de Washington a Kiev, que incluye sistemas de cohetes Himars.
En su canal de Telegram, señaló que la ayuda es parte del último paquete de 700 millones de dólares, el cual incluye además helicópteros Mi-17, misiles Javelin, vehículos tácticos, radares y otros proyectiles.
Luego de varios días de dudas sobre si aprobar o no esa decisión, el miércoles el propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, escribió un artículo en el periódico The New York Times para intentar justificar ese paso.
Los M142 Himars son armas móviles de mediano y largo alcance, capaces de disparar múltiples misiles guiados de forma simultánea y con alta precisión.
El armamento forma parte del nuevo paquete de apoyo de 700 millones destinados por la Casa Blanca a Ucrania, el cual incluye también helicópteros, armas antitanque, vehículos tácticos y piezas de repuesto.
Un día antes, el Kremlin destacó la posición de Washington, que había dado a entender que no aprobaría su envío a Ucrania. Entonces, Medvédev, calificó de “razonable” esa decisión.
Sin embargo, 24 horas después la respuesta de Moscú a tal cambio de opinión no se hizo esperar: “Creemos que Estados Unidos está directa e intencionalmente echando leña al fuego”, dijo el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov.
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