Explicó que los T-72 y los otros vehículos suministrados por países de Europa del Este se encontraban estacionados en hangares de una empresa de reparación de vagones en las afueras de la capital ucraniana.
Agregó que las fuerzas rusas atacaron 46 puestos de mando, 123 unidades de artillería y morteros, así como 498 zonas de concentración de tropas y equipos militares enemigos.
Konashénkov reportó que la defensa antiaérea derribó en las inmediaciones de Odesa un avión de transporte An-26 que trasladaba armas y material bélico y uno de combate MiG-29 cerca de Slaviansk, en la autoproclamada República Popular de Donetsk.
Además, interceptaron dos misiles tácticos Tochka-U en la región de Nikoláyev, otros tres proyectiles de lanzacohetes múltiples Uragan en territorio de Járkov, y eliminaron 10 drones ucranianos en varias zonas de Donbass.
La aviación de Moscú, por su parte, destruyó tres depósitos de artillería, un radar AN/TPQ-50 de fabricación estadounidense en la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD), así como dos lanzamisiles antiaéreos Osa-AKM.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos por parte de Kiev.
El 21 de febrero, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el comienzo del operativo, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques no están dirigidos a la población ni a las ciudades ucranianas, sino contra las infraestructuras militares del país.
mem/mml