Después de barrer 6-3, 6-3 y 6-0 en la cancha parisina Philippe-Chatrier a uno de los expupilos de su academia, el noruego de 23 años Casper Ruud, el monarca de 14 de las últimas 18 ediciones de la meca de la arcilla confesó que la rara lesión que enfrenta, el degenerativo síndrome de Muller-Weiss, hace incierto su futuro en el deporte blanco.
Tras el partido contra Corentin Moutet, en la segunda ronda, llegué al hotel y apenas podía caminar, por suerte tenía a mi médico cerca, desde ese momento he jugado con el pie absolutamente dormido, admitió a France TV ya con la copa de los Mosqueteros en su poder, triunfo que el preferido de la Porte d’Auteuil conquistó ante 15 mil espectadores.
“Rafa” explicó que fue necesario bloquear los nervios para neutralizar la sensibilidad del pie afectado, un hecho hasta ahora ignorado por quienes lo vimos batallar en gran forma en los maratónicos duelos que precedieron la final de esta tarde, en la cual logró su título 22 de Grand Slam, dos por delante del serbio Novak Djokovic y del suizo Roger Federer.
El mallorquín de 36 años recién cumplidos jugó más de 11 horas y media para dejar en el camino en octavos de final al prometedor canadiense Félix Auger-Aliassime, noveno del ranking de la ATP, en cuartos al monarca del Garros 2021 y líder mundial, Djokovic, y en la semifinal al alemán Alexander Zverev (tercero), quien abandonó el peleado desafío por lesión.
Sus golpes imposibles y su despliegue físico no dieron entonces señales de las dificultades por las que pasaba, y el mundo vio brillar como lo tiene acostumbrado al singlista, al que la mayoría califica del mejor de la historia, un rango simbólico y no exento de polémica.
No puedo seguir así, tenemos que encontrar una solución; hemos hablado con varios médicos y hay diferentes opciones, con un tratamiento que vamos a probar la próxima semana, dijo Nadal aún emocionado, y de repente su leyenda se multiplicó en unos segundos.
La edición 121 del Rolad Garros cambió definitivamente algo, “Rafa” es además de español de nacimiento, un extraterrestre en la tierra, como lo han llamado medios de prensa por todo el planeta en la última semana.
Antes del partido final del segundo Grand Slam del año, el tenista había respondido a preguntas de la propia France TV sobre su futuro y su eventual regreso a la Ciudad de la Luz, algo que ya él había puesto en duda con un comentario que hoy dejó de ser enigmático.
“Yo no sé, me encantaría dar una respuesta más clara, pero de momento no sé nada. Algo sí está claro, me gustaría mucho regresar al Roland Garros durante varios años, pero un problema en el pie no me permite entrenar mucho”, manifestó en una entrevista grabada ayer y divulgada este domingo.
Admirador o no del mallorquín, quien ame al tenis, y al deporte en general, debería pedir a lo divino o dedicar buenos pensamientos para que siga en las canchas, en Nueva York, en Wimbledon, en Melbourne, y por su puesto en su feudo, París, donde agradeció a los aficionados por tanto cariño.
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