Según el portavoz de ese ente militar, mayor general Ígor Konashénkov el recinto de madera fue siniestrado intencionalmente por grupos nacionalistas al servicio de Kiev.
Explicó que monjes, pobladores y miembros de las milicias de defensa territorial acudieron al lugar e intentaron apagar las llamas sin éxito, porque los “nacionalistas lo impidieron abriendo fuego para intimidarlos”.
El jefe castrense advirtió que, conociendo bien que los militares rusos no bombardean lugares de culto y monumentos culturales, el enemigo intentó refugiarse con los santuarios ortodoxos, usándolos como escudo, hecho que provocó la indignación de los vecinos.
El jefe de esa localidad, en la República Popular de Donetsk, Vladimir Bandura, denunció en un mensaje de video que las fuerzas ucranianas matan a clérigos y monjes, pero ocultan bien los hechos.
Dijo además que las unidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania saquean, roban y crean caos.
“Quiero decir que [el presidente ucraniano Vladímir] Zelensky (presidente ucraniano) y su equipo protegen a su gente tan bien que me quedo sin palabras. Todos se han convertido en títeres de Occidente, reciben dinero, prolongan la guerra. Nadie piensa en la población”, apuntó.
Bandura instó al mandatario ucraniano a que acepte las conversaciones de paz y deje de librar una guerra sin piedad y sin sentido.
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