Según un comunicado del regulador financiero, las expectativas de abril indicaron que en 2022 el PIB de la nación euroasiática podría bajar del ocho al 10 por ciento y en 2023 entre el tres y el cero por ciento, mientras en 2024 crecería del 2,5 al 3,5 por ciento.
“En general, la actividad económica en el segundo trimestre de 2022 se reduce en menor escala que lo que el Banco de Rusia esperaba en su previsión de abril”, apuntó.
Ayer, el vice primer ministro ruso Alexei Overchuk aseguró que la economía de su país sigue creciendo pese a la presión de las sanciones, al intervenir en una conferencia sobre la cooperación entre Moscú y Kazajastán.
Según el alto funcionario, las medidas antirrusas pretenden debilitar la economía nacional y sus autores esperan que también disuadan a los Estados miembros de la Unión Económica Euroasiática (UEE) de cooperar con Rusia, de manera que puedan romper los lazos de la integración.
“Pero gracias a las medidas adoptadas por el presidente de Rusia, nuestro Gobierno y el Banco de Rusia, la guerra económica contra nuestro país no salió según el plan de quienes la desencadenaron”, advirtió Overchuk en Nursultan.
En tal sentido, destacó que la economía nacional creció 1,7 por ciento en los últimos cuatro meses y la inflación se detuvo prácticamente en mayo, siendo de cero en la última semana de ese mes.
No obstante, reconoció que la nación euroasiática experimenta dificultades debido a la interrupción de las cadenas de suministro existentes vinculadas a Europa, en su mayoría, pero subrayó que Moscú trabaja para crear otras nuevas y autorizó las importaciones paralelas.
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