Luego sobresalen Sevilla, la capital de esta comunidad autónoma, con su imponente Giralda, la Plaza de España y la Torre del Oro; Granada, Málaga, Cádiz, Córdoba y Almería, sin olvidar a Úbeda, Baeza, Andújar y Jaén.
Habría que añadir con nombre propio a Baños de la Encina. Tiene el castillo mejor conservado de Europa, el Bury Al-Hamman, y otras joyas que distinguen a esta pequeña y encantadora localidad.
Hace apenas un año fue acreditado como uno de los pueblos más bonitos de España, un orgullo que ostentan, según el último censo, sus dos mil 596 habitantes; también con la mirada en la Romería de la Virgen de la Cabeza.
La edificación fue levantada en el siglo X por los musulmanes, se amplió en el XII y mucho tiempo más tarde pasó a manos de los cristianos. El “milagro” de su subsistencia en tan excelente estado se debe al empleo de arena, cal y piedras pequeñas de río en su construcción.
Requirió de una reforma importante en 2007 para proteger las murallas, sobre todo debido a la lluvia, por lo cual se excavaron zonas para mejorar el drenaje y evitar la acumulación de tierra durante la época en la que la instalación fue utilizada como cementerio.
El Bury Al-Hamman, de hecho, tuvo rango de ciudad con dependencias y casas dentro. Mediante las excavaciones se hallaron vestigios de distintas civilizaciones, desde un mausoleo romano con restos de columnas hasta objetos de la época íbera.
El alcázar, explicó a Orbe el apasionado guía José María Rodríguez Valle, dispone de 14 torres cuadradas, dos defienden la puerta de entrada. Con la llegada de los cristianos, sobre una de ellas se construyó la del homenaje, de forma semicilíndrica y dos plantas.
Su posición, a más de 500 metros sobre el nivel del mar, era estratégica en tiempos de guerras y conquistas como paso fronterizo en la zona del desfiladero de Despeñaperro, precisó Rodríguez Valle.
(Tomado de Orbe)