El más reciente informe del Servicio Nacional de Migración(SNM) precisa que entre enero y mayo de este año, la vía de la peligrosa selva del Darién, fronteriza con Colombia, la transitaron 32 mil 797 personas, el doble de los registros en igual período de 2021 (15 mil 949 viajeros).
La crisis migratoria, según el propio presidente de la República, Laurentino Cortizo, motivó a que los gobernantes de la región se sentaran a buscar alternativas para enfrentar la situación, un eje de la recién concluida IX Cumbre de las Américas que incluso adoptó una polémica declaración sobre el tema.
Ya en 2021, por Panamá transitaron más de 133 mil migrantes irregulares, para los cuales crearon centros de recepción en el trayecto y albergues en otras provincias como Chiriquí, con millonarios costos en insumos de salud, alimentación y registros biométricos.
Según el SMN, de los 32 mil 797 migrantes registrados hasta mayo último, 16 mil 720 son venezolanos, país excluido de la reunión de Los Ángeles, California, al igual que Cuba y Nicaragua.
De ahí que analistas estimen que el llamado de Cortizo en su intervención en esa cita de medidas concretas y el ánimo supuesto de la Declaración de Los Ángeles, caen en saco roto si se mantienen las medidas unilaterales y discriminatorias de Washington en torno a una migración regulada y segura, como afirman sus enunciados.
Para organizaciones populares en Panamá como el Frente Nacional para la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales (Frenadeso), la doble moral del Ejecutivo es más evidente cuando con la justificación de enfrentar ese fenómeno, permite la injerencia extranjera como la instalación de bases militares binacionales con Colombia en el Darién.
El coordinador de Frenadeso, Jorge Guzmán, dijo en exclusiva con Prensa Latina que una muestra de la subordinación de este Gobierno a Estados Unidos son la estadía del secretario norteamericano de Estado, Antony Blinken, en abril último y la anunciada visita a Panamá la próxima semana de la jefa del Comando Sur, la general Laura Richardson.
Para Guzmán la rechazada presencia de estos personajes, entre otros, solo viene a apuntalar la estrategia de dominio imperial, con el falso argumento de estrechar la cooperación regional y entre los dos países en materia de seguridad fronteriza, como afirma la embajada estadounidense en el istmo.
Como antes lo hizo el secretario de Defensa de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, también Richardson recorrerá el Darién para entrevistarse con el ministro de Seguridad, Juan Pino y con los directores del Servicio Nacional de Fronteras, Oriel Ortega; y la directora del Servicio Nacional de Migración, Samira Gozaine.
La visita de Richardson a Panamá concluirá con una mesa redonda sobre mujeres en paz y seguridad, donde conversará con líderes femeninas de los estamentos de seguridad.
Otras instituciones como la Universidad de Panamá han cuestionado aquí la creación con Estados Unidos, del Centro Regional de Operaciones Aeronavales (Croan), el cual atenta contra la soberanía del país y provoca dudas en la sociedad sobre sus reales intenciones.
De esta forma, la emblemática casa de altos estudios se sumó desde el año pasado a las instituciones, organizaciones y personalidades del país que cuestionan la firma del memorando de entendimiento entre el ministro de Seguridad, Juan Pino; y Stewart Tuttle, encargado de negocios de la embajada estadounidense en esta capital.
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