Con una plantilla en la que no abundan las súper estrellas, el entrenador prefirió apostar por un juego compacto de mucho toque y ayudas en defensa de todos los futbolistas que ingresan a la cancha. Así, fue subcampeón el pasado año al caer en la final contra Francia.
Ahora logró un par de trabajadas victorias 1-0 ante Suiza y 2-0 frente la República Checa en un momento complicado, con los jugadores agotados después de concluir sus prestaciones en las respectivas ligas nacionales.
El revés de Portugal ante Suiza 0-1 facilitó que con el descanso que llega, la Roja encabece la tabla.
Sólo el ganador de cada llave accederá a la llamada Final Four que se desarrollará el próximo año, porque en 2022 el foco de todos los equipos está en la Copa Mundial de Qatar en noviembre y diciembre.
Visto con interés superior a los partidos amistosos, la ronda de cuatro cotejos permitió consolidar a Unai Simón como portero titular y jugadores veteranos en el caso de Sergio Busquets y Koke en la medular, además del polivalente jovencito Gavi, de apenas 17 años.
Luego en el ataque, con irregularidades, la apuesta de Luis Enrique se afinca en Morata, Sarabia y Olmo, con aprobados para Marco Asensio y Soler como alternativas, sin olvidar al lesionado Oyarzabal y el todavía entre algodones Ansu Fati.
Por las bandas ensayó con Alonso, Alba, Marcos Llorente, Azpilicueta o Carvajal, con una idea que parece confirmarse con el paso del tiempo: España no es de los candidatos principales al título en Qatar, pero será un rival muy rocoso.
Algo más de cuatro meses para los ajustes necesarios parecen suficientes. Sin embargo, la intensidad de las temporadas en las justas nacionales, más la Champions y la Europa League, además de otras Copas, hacen temer siempre por las lesiones.
En el papel, dos selecciones nacionales se muestran desafiantes, Brasil, especialmente, y Argentina, con una Francia de gris actuación en esta etapa de la Liga de las Naciones, si bien queda trecho por recorrer.
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