El presidente del banco central estadounidense, Jerome Powell, estimó que un incremento de hasta 0,75 puntos porcentuales es muy probable también en julio, ya que la Fed está determinada a llevar la inflación a su objetivo del dos por ciento anual.
En un comunicado oficial al término de su reunión de dos días, la Junta de Gobernadores del sistema de la Reserva Federal adelantó además que prevé más subidas en el futuro.
La de este miércoles se trata de la mayor desde 1994, la que se conoció junto con el anuncio de seguir la reducción de deuda pública del Gobierno, compuesta fundamentalmente de letras del Tesoro y de valores respaldados por préstamos hipotecarios.
Actualmente el banco central acumula unos nueve billones (un millón de millones) de dólares en deuda estadounidense.
El viernes pasado se informó que el alza de los precios en Estados Unidos se disparó en mayo hasta su índice más alto de los últimos 40 años, el 8,6 por ciento, una nueva escalada empujada sobre todo por el fuerte encarecimiento de la energía.
Se prevé que la inflación, medida por la variación anual del índice de gastos de consumo personal, finalice el año en un 5,2 por ciento, por encima de la proyección de marzo del 4,3.
Las autoridades monetarias estiman que el desempleo se situará en el 3,7 por ciento a fines de este año, comparado con el 3,5 estimado en marzo. En mayo el paro fue del 3,6 por ciento.
Según los expertos otros bancos centrales de todo el mundo también actúan con rapidez para detener la creciente inflación, incluso con sus países en mayor riesgo de recesión que Estados Unidos.Entre ellos, el Banco Central Europeo debe aumentar las tasas en un 0,25 puntos en julio, su primer incremento en 11 años.
car/crc