“Detrás del escenario preparado para asegurar la influencia exclusiva de Estados Unidos en esa parte del mundo, se ve claramente uno de sus objetivos más importantes: minimizar la cooperación de la región con Moscú y Pekín”, declaró a la prensa en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo.
En su opinión, todo lo que vende Washington como agenda unificadora, en realidad tiene como núcleo destruir los lazos naturales existentes entre varias regiones y alianzas con Rusia y China.
Señaló que los latinoamericanos fueron intimidados por el supuesto papel de Moscú en la desestabilización de los mercados alimentarios y energéticos, a pesar de que desde hace muchos años el país mantiene una cooperación energética con todas las regiones del mundo sobre una base de beneficio mutuo para todas las partes.
Según Zajárova, Washington coaccionó de forma directa a países y empresas para que rechazaran suministros de Rusia bajo la amenaza de sanciones.
Sobre la cumbre de Los Ángeles, manifestó que no abordó las preocupaciones de los latinoamericanos, mientras el presidente estadounidense, Joe Biden, promovió el tema de la exclusividad regional con una agenda centrada en el liderazgo de Washington.
La representante del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia advirtió que en la reunión la Casa Blanca impulsó decisiones, algunas de las cuales estaban al nivel de la interferencia en los asuntos internos de otros países.
Resaltó que muchos participantes en el denunciaron ese enfoque y rechazaron la discriminación de algunos países, como Cuba, Nicaragua y Venezuela, cuyos líderes no fueron invitados a la reunión. “Me parece que todo el mundo en Washington subestimó esto: la fuerza de apoyo de la que gozan estos países en la región”, expresó.
“A pesar de las aspiraciones de la Casa Blanca, el carácter indigesto del evento en Los Ángeles reflejó una importante realidad: los días de la Doctrina Monroe terminaron, por mucho que se quiera revivir, se fueron, se desvanecieron en el olvido”, subrayó.
Para la portavoz de la Cancillería rusa, los Estados de América Latina y el Caribe demostraron en la cumbre que luchan por la igualdad, no para ser tratados como subordinados e instrumentos.
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