Según publicó en su cuenta de la red social Facebook, este es el sexto tipo de artillería recibido por Kiev de calibre 155 milímetros.
La velocidad de disparos de esa arma es de 10 proyectiles por minuto con una distancia de 30 a 35 kilómetros usando municiones estándar y de 50 a 60 kilómetros con cohetes.
El pasado 15 de junio, la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, manifestó en su canal de Telegram que los Estados miembros de la Unión Europea (UE), al suministrar armas a Ucrania, violan sus propios estatus legales.
“Los países de la UE, en principio, no deberían suministrar armas, incluidas las soviéticas, a un Estado que las use, vaya a usar o tenga la intención de usarlas contra sus propios ciudadanos en un conflicto interno”, escribió la funcionaria.
Expresó que al incumplir con tales compromisos, esas naciones violan los principios de la Posición Común del Consejo de la UE de diciembre de 2008, que define las reglas para controlar la exportación de tecnologías y equipos militares.
“Está claro por qué se hizo esto: para prevenir guerras civiles en los países importadores de armas”, advirtió la representante del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
Declaró que el bloque comunitario no reconoce el cambio en las fronteras territoriales de Ucrania, por lo que considera los territorios de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk (RPD) y Lugansk como ucranianos (RPL), a pesar de las realidades políticas y administrativas predominantes.
Señaló que, sin embargo, resulta contradictorio, porque en conformidad con esos estatutos, al suministrar armas a Kiev, la UE está reconociendo a la RPD y a la RPL, por lo que entonces el conflicto deja de ser interno de Ucrania.
Zajárova apuntó que de no ser así, los países miembros de la UE están violando principios fundamentales de la integración.
Recordó que ese documento sobre las normas de transferencias de armas, establece que “los Estados miembros deben rechazar una licencia de exportación si existe un riesgo claro de que la tecnología o el equipo militar exportado pueda usarse para la represión interna”.
De igual forma, el texto indica que los Estados miembros deben negarse a exportar licencia para tecnología o equipo militar que probablemente provoque o prolongue un conflicto armado o exacerbe las tensiones o conflictos existentes en el país de destino final.
“Si todo está claro con el segundo criterio, las entregas actuales de los sistemas de armas soviéticos, incluidos los vehículos blindados, no se pueden llevar a cabo, ya que prolongan el curso del conflicto”, explicó la representante de Moscú.
Según la portavoz de la Cancillería rusa, al decidir sobre el suministro de armas a Ucrania a toda prisa, los estrategas europeos no pensaron en el hecho de que en realidad estaban violando sus propios estatutos.
“No tienen más remedio que dejar de suministrar armas, retirar todo lo enviado o reconocer a la RPD y RPL”, enfatizó.
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