Según el reporte, también interceptaron tres misiles balísticos Tochka-U en las regiones de Járkov y de Jersón, así como 14 proyectiles de lanzacohetes múltiple en la isla de las Serpientes, Járkov y en diversos territorios de Donbass, en el sureste del país.
Por su parte, la aviación de Moscú destruyó cinco almacenes de municiones, un sistema de defensa aérea Buk-M1 y 151 zonas de concentración de tropas y equipos militares enemigos en zonas de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD) y en la región de Sumy.
Ayer, las Fuerzas Armadas de Rusia atacaron 13 unidades de sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple y diez pelotones de artillería ucranianos y eliminaron una estación de reconocimiento de artillería AN/TPQ de origen estadounidense en la RPD.
La cartera de Defensa de este país señaló que como resultado de los embates aéreos y de artillería fueron aniquilados más de 620 combatientes contrarios e inutilizados 24 tanques y otros blindados, así como 27 vehículos especiales.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos contra esas regiones por parte de Kiev.
El 21 de febrero, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el comienzo del operativo, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
Moscú enfatizó que los ataques no están dirigidos a la población ni a las ciudades ucranianas, sino contra las infraestructuras militares del país.
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