Un solo gramo de las células secas e inactivas de ese fermento acabaría con hasta 12 miligramos de plomo en soluciones acuosas con concentraciones iniciales por debajo de una parte por millón, divulgaron en un artículo.
El proceso es muy rápido y tarda menos de cinco minutos en completarse, evidenciaron en la revista británica Nature Communications Earth and Environment.
El método es increíblemente eficiente, apuntaron los autores, quienes calcularon que la levadura desechada de una sola cervecería en Boston sería suficiente para tratar todo el suministro de agua de la ciudad.
Un sistema totalmente sostenible de este tipo no solo purificaría el vital líquido, sino que además desviaría lo que de otro modo sería un flujo de desechos que necesitaría ser suprimido, agregó el equipo del MIT.
Fuimos los primeros en utilizar una perspectiva mecánica para desentrañar los mecanismos de biosorción, destacaron en el texto, mientras apuntaron que ello proporciona conocimientos fundamentalmente nuevos para el proceso.
Idear un sistema práctico para tratar el agua y recuperar la levadura, que luego podría separarse del plomo para su reutilización, resulta la próxima etapa, adelantó el texto.
El mismo material se puede usar potencialmente para eliminar otros metales pesados, como el cadmio y el cobre, pero eso requerirá más investigación para cuantificar las tasas efectivas de la técnica, concluyó.
Desde grandes trozos de basura hasta sustancias químicas invisibles acaban en los lagos, ríos, arroyos, zonas subterráneas y, finalmente, en los océanos, por lo cual esa contaminación constituye actualmente una crisis mundial creciente.
Los expertos llaman a salvaguardar el suministro del agua pues, aunque casi el 70 por ciento del planeta está cubierto por ella, el 2,5 resulta dulce y solo el uno por ciento fácilmente accesible: gran parte se halla atrapada en remotos glaciares y campos de nieve.
car /znc