La llamada Gran Guerra Patria (1941-1945) es recordada de manera constante en este país, con llamados de las autoridades nacionales a proteger la memoria ante los intentos de tergiversar la historia en otras naciones y de blanquear el genocidio fascista.
En medio de la actual confrontación bélica con Ucrania, las citas sobre los crímenes cometidos por las tropas de Hitler en la nación euroasiática son más frecuentes y el presidente ruso, Vladimir Putin, manifestó que uno de los objetivos de la operación militar es “desmilitarizar y desnazificar al país vecino.
El mandatario advirtió que Moscú no puede permitir que Kiev adquiera armas nucleares y se siga militarizando, lo que constituye un peligro para la seguridad del país y subrayó que la continua expansión de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este resulta inaceptable para Rusia.
La Segunda Guerra Mundial comenzó en septiembre de 1939 con la invasión de Berlín a Polonia, para en lo adelante ir ocupando otros territorios europeos. Noruega, Países Bajos, Bélgica y Francia fueron ocupados. Solo el Reino Unido escapó del dominio nazi.
Contra la Unión Soviética, las tropas invasoras se lanzaron el 22 de junio de 1941 con tres grupos de ejércitos y la intención de tomar Leningrado, Kiev y Moscú, confiados en que las tácticas empleadas contra los países de Europa occidental también funcionarían en el vasto territorio.
Sin embargo, aunque el factor sorpresa y la fuerza del ataque alemán les ganó éxitos iniciales, la valentía de los defensores, las grandes distancias y la resistencia del Ejército Rojo obstaculizaron el avance fascista.
Así y todo, las tropas nazis lograron tomar Kiev y sitiaron Leningrado, pero fueron frenados a solo 80 kilómetros de esta capital por una contraofensiva que rompió el plan relámpago diseñado por Berlín. La operación Barbarroja, había fracasado.
Durante la guerra, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) sufrió pérdidas superiores a los 27 millones de personas, la destrucción de más de mil 710 ciudades, 70 mil aldeas y poblados, además de daños incalculables a la industria y a la agricultura.
“El enemigo atacó nuestro país, vino a nuestra tierra para matar, sembrar muerte y dolor, horror y sufrimiento indecible. No solo quería derrocar el sistema político, el sistema soviético, sino destruirnos como Estado, como nación, borrar a nuestros pueblos de la faz de la tierra”, apuntó Putin en su discurso por la efeméride el pasado año.
El jefe de Estado calificó esta fecha como una de las más trágicas de la historia de Rusia. Recordó que ante esa agresión, el pueblo soviético defendió su Patria y liberó a los países de Europa del nazismo.
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