En conferencia de prensa, el alto funcionario explicó que cuando esos países decidieron confiscar las reservas congeladas, la cartera de Finanzas de Moscú manifestó su disposición de comprar los saldos de las cuentas bloqueadas del Banco de Rusia para pagar a los inversores con ellos, pero “nos dijeron que no”.
Aclaró que si ahora pretenden bloquear otros activos rusos en el extranjero y confiscarlos, Rusia no dispone de otros que sean comerciales, solo sus activos oficiales que tienen inmunidad diplomática.
Siluánov subrayó que confiscar esos activos equivale a una ruptura de relaciones diplomáticas y un conflicto directo. Moscú se vería obligado a responder “saliendo del campo legal” en el caso de que suceda, dijo, según la agencia de noticias TASS.
En respuesta a otra pregunta, el titular ruso de Finanzas significó que el hecho de que su país deje de pagar eurobonos en moneda extranjera y pase a usar rublos, no significa que se declare en quiebra respecto a su deuda externa.
Declaró que Rusia no se niega a cumplir sus compromisos en materia de valores públicos y como prestatario responsable, está haciendo todo lo posible para que los fondos lleguen de manera integra a todos los inversores.
“Las contrapartes extranjeras se niegan a realizar pagos en moneda de otros países, lo que constituye una circunstancia de fuerza mayor para nosotros. Y solo por esta razón estamos pasando a realizar los pagos en rublos”, enfatizó.
Según el ministro ruso, no hay motivo para creer que el cambio de la moneda de pago de la deuda rusa represente un cumplimiento inadecuado de los compromisos por Rusia.
Aseguró que el cambio a rublos fue provocado únicamente por la negativa de las contrapartes extranjeras a transferir pagos en moneda extranjera.
mv/mml