“El comercio mundial está sumido en disputas, cuya resolución se tiene cada vez menos en cuenta las reglas y principios de la Organización Mundial del Comercio (OMC)”, indicó el mandatario en la cumbre de los BRICS Plus, organizada por Beijing a través de vídeoconferencia.
En el intercambio de opiniones participaron líderes de las naciones miembros del grupo (Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica), así como jefes de Estado y de Gobierno de Argelia, Egipto, Indonesia, Irán, Kazajastán, Camboya, Malasia, Senegal, Tailandia, Uzbekistán, Fiji y Etiopía.
Según Putin, todo el sistema monetario y financiero internacional está despedazado, mientras las cadenas productivas, logísticas y de inversión también están rotas.
Un efecto socioeconómico grave, especialmente para el desarrollo de los países de Asia, África, América Latina y Medio Oriente, es el rápido aumento de los precios de los alimentos, la energía y las materias primas, subrayó.
“Y me gustaría enfatizar una vez más, queridos colegas y amigos: esto no es el resultado de los últimos meses, y ciertamente no es el resultado de una operación militar especial que Rusia está realizando para proteger Donbass”, dijo, en referencia al conflicto bélico en Ucrania.
El jefe de Estado ruso enfatizó que el fuerte aumento de la inflación no comenzó en los últimos días, sino fue el resultado de varios años de políticas macroeconómicas irresponsables de los países del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido), además de la emisión y acumulación descontrolada de deudas sin garantías.
Recordó que esos procesos se aceleraron con el inicio de la pandemia de Covid-19, cuando tanto la oferta como la demanda de bienes y servicios se redujeron de manera drástica a escala global.
Según Putin, los países ricos imprimieron dinero, lo distribuyeron en sus naciones y, como una aspiradora, comenzaron a recoger todos los productos alimenticios del mercado mundial.
Como ejemplo puso a Estados Unidos, que hasta hace poco fue un exportador de alimentos, ahora compra más de lo que vende. “Este es un resultado triste para los mercados mundiales de alimentos”, expresó.
Mencionó que otra de las consecuencias de políticas erradas fue el aumento de los precios de los productos agrícolas básicos, como los cereales, el cual golpeó, sobre todo, a los mercados de los países en desarrollo, donde el pan y la harina son un medio de supervivencia necesario para importantes segmentos de la población.
Putin calificó de cínica la actitud de algunos países occidentales mientras desestabiliza la producción mundial de productos agrícolas, critican la situación actual, a la misma vez que aplican restricciones para el suministro de fertilizantes rusos y belarusos y dificultan la exportación de cereales a los mercados mundiales.
Advirtió que Rusia planea una buena cosecha y podría suministrar 50 millones de toneladas de granos a los mercados mundiales, pero aclaró que cada vez se vuelve más difícil asegurar el transporte de granos, carga seca y los pagos bancarios bajo contratos comerciales.
El jefe de Estado aseveró que su país es un participante importante y responsable en el mercado mundial de alimentos y está dispuesto a seguir cumpliendo de buena fe con todas sus obligaciones contractuales para el suministro de alimentos, fertilizantes, portadores de energía y otros productos críticos.
De igual forma, recordó que Moscú brinda asistencia humanitaria a muchos países que la necesitan, algunos de manera gratuita como lo hizo recientemente con Líbano, Tayikistán, Kirguistán, Cuba, Sudán y algunos otros países.
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