Al revocar esa sentencia de 1973, a través de la cual se legalizó la interrupción de embarazos en toda la nación, el tribunal de nueve miembros determinó que ya no existe un derecho constitucional federal al aborto, lo cual abre la puerta a que los territorios puedan vetarlo.
Las consecuencias del anuncio realizado este jueves ya son inmediatas, pues 13 estados cuentan con leyes de «activación» que permiten prohibir este procedimiento de anularse Roe contra Wade.
El primer lugar donde se puso en vigencia una restricción de este tipo fue Missouri, donde el fiscal general, Eric Schmitt, manifestó que ese territorio se convirtió en el «estado más a favor de la vida».
Poco después le siguieron Luisiana, Dakota del Sur y Kentucky, y se esperan restricciones similares en Arkansas, Idaho, Mississippi, Dakota del Norte, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah y Wyoming.
De acuerdo con el Instituto Guttmacher, una organización investigativa que apoya el derecho al aborto, a partir de la decisión de la Corte Suprema es seguro o probable que más de la mitad de los estados norteamericanos (26 de 50) actúen rápidamente para impedir las interrupciones de embarazos.
Tales pasos tendrán «consecuencias potencialmente graves para la salud, las finanzas y las emociones de las personas, especialmente las de las comunidades marginadas», alertó la institución.
Según la publicación The Hill, la cascada de prohibiciones ilustra que el aborto será ilegal en la mayoría de los casos en muchos de los sitios controlados por los republicanos.
Las mujeres en esos lugares podrían tener que viajar cientos de millas, a un costo significativo, para tratar de encontrar un proveedor, añadió el medio.
Aunque el fallo del máximo tribunal no tiene un efecto de veto a nivel nacional, deja las políticas sobre el tema en manos de legisladores estatales y locales, muchos de los cuales impulsan agendas conservadoras.
Sobre la cuestión de si las mujeres podrían ser sometidas a responsabilidad penal en caso de abortar, la cadena CNN sostuvo que dependerá de las legislaciones adoptadas al respecto en cada territorio.
La derogación de Roe contra Wade fue celebrada por muchas figuras republicanas, incluido el expresidente Donald Trump, mientras numerosos demócratas condenaron la sentencia, y organizaciones de derechos civiles remarcaron las advertencias sobre los peligros que implica.
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