Las denuncias fueron difundidas en redes sociales, a través de mensajes y con imágenes y videos desde la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE) y la Universidad Central del Ecuador (UCE).
En la CCE los indígenas realizaban una asamblea tras enfrentamientos con los uniformados en el parque El Arbolito, cuando fueron tomados por sorpresa con gases lacrimógenos en el ágora, punto de encuentro y reuniones de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), convocante del levantamiento nacional, iniciado el pasado 13 de junio.
Heridos y personas con señales de asfixia fue el resultado del uso de la fuerza en ese local cerrado.
Mientras, en el Pabellón de las Artes, al lado de la institución cultural, donde paramédicos atendían heridos, también hubo incidentes que obligaron a realizar cordones humanitarios para evacuar del lugar.
La mayoría de los manifestantes abandonaron la zona y se dirigieron a la UCE, donde descansan desde hace días mujeres, niños y adultos mayores, principalmente.
Hasta allí llegaron las detonaciones, luego de un enfrentamiento en el Puente Wambra, que conecta a ambos sitios.
Por su parte, en su versión oficial el gobierno señaló que el movimiento indígena comenzó a replegarse y cierto número de movilizados decidieron regresar a sus comunidades.
El aumento de la represión esta jornada se dio a partir de una alocución del Presidente de la República, Guillermo Lasso, en la que denunció que el presidente de la Conaie, Leonidas Iza, tenía intención de derrocar el Gobierno y mencionó además grupos criminales con pretensiones golpistas.
En ese mensaje televisado, el mandatario advirtió que la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas actuarán con los medios necesarios para defender, dentro del marco legal y mediante el uso progresivo de la fuerza, el orden público y la democracia.
EL paro convocado por la Conaie contó con el apoyo de otras organizaciones sociales como colectivos de mujeres, campesinos, amas de casa, trabajadores, transportistas y estudiantes. Los manifestantes exigen al ejecutivo responder a una agenda de 10 puntos que incluyen prohibir la minería ilegal, atender a los pequeños agricultores, presupuesto justo para la educación y la salud, el cese de las privatizaciones de sectores estratégicos, generación de empleos y combate efectivo a la inseguridad.
Las marchas han estado marcadas por jornadas de fuerte represión que dejaron un saldo de al menos cinco muertes y un centenar de heridos y detenidos.
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