Resulta también una suerte de puerta de entrada a la urbe, ya que allí aterrizan la mayoría de los viajeros que llegan a la Gran Manzana por los aeropuertos de La Guardia y John Fitzgerald Kennedy, que se encuentran en sus predios.
Lo de su diversidad cultural le viene como anillo al dedo. Sus barrios están claramente diferenciados en función de quienes los habitan. Flushing Meadows, Astoria, Jamaica, Forest Hills (exclusivo de personas judías), Rockaway Beah o Jackson Heights (con mayoría de hindúes y pakistaníes) son algunos de los más emblemáticos.
Tal pluralidad se refleja, además, en tiendas y restaurantes, pues en cada demarcación se adaptan a sus poblaciones.
En Queens tienen lugar eventos como el Abierto de Estados Unidos, el conocido torneo anual de tenis que atrae a miles de visitantes a la zona, y en el perímetro del distrito se localiza el estadio de los Mets, uno de los principales equipos de béisbol de Nueva York.
Ese es, igualmente, el Queens de Louis Armstrong –aquel trompetista fuera de serie que vivió allí durante más de 30 años-. Fue plaza de otros íconos como Ella Fiztgerald, la bien llamada Lady Ella o Reina del Jazz; de Simon & Garfunkel, el dúo de folk rock que hizo época en la década de 1960, ydel cantante de soul y padre del funk James Brown.
Posee atractivos que permiten conocer el verdadero rostro de una ciudad que nunca duerme y entenderla tal como es, más allá de los típicos recorridos turísticos.
(Tomado de Orbe)
