El republicano, quien buscará la reelección para un tercer mandato en noviembre con su agresiva postura antiinmigrante como elemento central de su campaña, ha invertido miles de millones de dólares en enviar a la policía estatal y a la Guardia Nacional al límite con México, según reportó el diario The New York Times.
Abbott también decidió reutilizar las prisiones estatales para retener a los inmigrantes acusados de entrar sin autorización y estableció puntos de control para los camiones procedentes del vecino país, interrumpiendo el comercio internacional, añadió el rotativo.
Su contrincante demócrata, Beto O’Rourke, advirtió que hasta el momento el gobernador solo realizó algunas «acrobacias» sin progresos significativos en la tarea de resolver la situación en la frontera.
Horas antes de que se descubrieran en un camión abandonado en San Antonio los cuerpos de al menos 46 personas –presumiblemente migrantes-, se jactó en Twitter del número de indocumentados detenidos y acusados en el contexto de lo que denominó «Operación Lone Star» (Estrella Solitaria).
Presentada por Abbott en marzo del pasado año, la misión conjunta entre los departamentos de Seguridad Pública y Militar de Texas pretende blindar los mil 254 kilómetros de frontera sur.
En mayo, el gobernador emitió una declaración de desastre que en la actualidad cubre 48 condados, la mayoría de ellos a lo largo o cerca del trazo divisorio entre los dos países.
Al mes siguiente, abrió las instalaciones del Departamento de Justicia Penal de Texas para llevar allí a las personas arrestadas durante la operación.
Sin embargo, más migrantes llegaron a la frontera, muchos evaden controles y logran entrar al territorio nacional de forma ilegal, apuntó el Times.
Casi 129 mil cruces a Texas registraron los agentes federales en marzo, unos 11 mil más que en el mismo periodo de 2021, cuando Abbott inició la operación.
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