La paradoja aquí radica en que los organizadores de ese crimen son los mismos que antes asumieron la responsabilidad de garantizar la arquitectura económica mundial. “Es como encargar a una zorra que cuide a las gallinas”, comentó el funcionario.
Potencias occidentales como Estados Unidos, los países de la Unión Europea, Canadá y Japón, entre otros, anunciaron en marzo pasado el bloqueo de 300 mil millones de dólares pertenecientes al Banco Central ruso, situados en instituciones financieras foráneas.
Tal cifra constituyó cerca de la mitad de las reservas de divisa de Rusia, cuyo presidente Vladimir Putin anunció el pasado 24 de febrero el inicio de una operación militar para proteger la población de la región rebelde de Donbass, así como desmilitarizar y desnazificar a Ucrania.
Esa práctica, apuntó, lleva a la destrucción del sistema de Bretton Woods, creado en la ciudad de ese nombre en el estado de New Hampshire, cuyo compromiso resultante fue un sistema de tipo de cambios fijos, además de crearse el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
No se debe negar esa tendencia. Ahora la tarea primordial de la comunidad internacional es evitar que esa catástrofe tenga lugar con el mínimo de pérdidas y lleve a una nueva guerra mundial, estimó.
En su momento, Putin afirmó que con esas acciones de despojo del patrimonio de instituciones bancarias rusas aumenta la desconfianza del resto de la comunidad internacional en las instituciones de Occidente, en especial, de Estados Unidos y del dólar.
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