Ambos acontecimientos interrumpieron la logística del transporte y provocaron congestión, ya que alrededor del 80 por ciento de los productos comercializados en todo el mundo, desde alimentos hasta combustible y artículos electrónicos, se cargan y descargan en los puertos.
De acuerdo con un análisis de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) apremia desarrollar la resiliencia de los puertos ante las crisis, incluido el cambio climático, y convertir los desafíos asociados en oportunidades.
Esa fue la principal conclusión de la Semana de Gestión Portuaria de la Unctad, donde los líderes del sector destacaron la importancia de la logística para la seguridad y la protección del bienestar global.
Por eso, hoy más que nunca, ante los crecientes riesgos relacionados con la evolución del cambio climático, los puertos deben convertirse en socios resilientes claves para los administradores de la cadena de suministro, y fortalecer su contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Pero no solo la pandemia y la situación en Ucrania obligan a revertir la situación creada en las cadenas de suministro, que casi seguro continuará en 2022, con negativas afectaciones en el comercio y los flujos mercantiles en todo el mundo.
Tan es así que el cambio climático afectará cada vez más a los puertos, a las empresas y a las personas que dependen de ellos, lo cual es especialmente cierto para las naciones insulares donde los atracaderos son decisivos para su actividad comercial y desarrollo económico general.
El último Informe sobre comercio y desarrollo de la Unctad exige un enfoque transformador de la adaptación climática, con políticas industriales ecológicas para impulsar el crecimiento y la creación de empleo a lo largo de cadenas de valor más resistentes y ecológicas.
A ello se suman las tensiones geopolíticas en curso, las cuales pueden dar lugar a nuevas confrontaciones comerciales, con importantes repercusiones para las cadenas de suministro mundiales, ya que los países trasladarían la producción a lugares más cercanos, tanto geográfica como políticamente.
También se espera que acuerdos como el Área de Libre Comercio Continental Africana y la Asociación Económica Integral Regional influyan en los patrones comerciales mundiales, al aumentar el intercambio de bienes y servicios dentro de África y del área de Asia y el Pacífico.
Expertos de la Unctad consideran que para resolver la crisis de la cadena de suministro, los países en desarrollo tienen la oportunidad de ampliar y fortalecer encadenamientos a través de pactos regionales, los cuales pueden garantizar que las pequeñas empresas reduzcan los costos de transacción y beneficiarse de las economías de escala.
En ello es decisiva la integración, que no solo podría aumentar los flujos comerciales, sino también facilitar el cambio estructural, pues puede ser más fácil para las empresas locales exportar bienes con mayor valor agregado a los mercados regionales que a los internacionales, asegura la Unctad.
Dicha cooperación regional, a través de acuerdos comerciales, también puede fomentar la resiliencia, como muestra una investigación reciente de ese organismo al indicar que el comercio dentro de esos convenios ha sido relativamente más resistente frente a la recesión del comercio mundial por la Covid-19. Adicionalmente, la automatización de aduanas, del procesamiento de datos previo a la llegada, la optimización de escalas en puertos y otras soluciones digitales pueden ayudar a acelerar el manejo de las radas y las operaciones aduaneras.
Pero si bien el uso de tecnologías digitales mejoró los procesos de envío y facilitó que los puertos sean más resistentes a los efectos de la crisis sanitaria, también entraña riesgos como un ataque cibernético, el cual interrumpiría las operaciones y generaría pérdidas financieras y daños económicos a las empresas portuarias y poblaciones locales.
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