Ubicado en el puerto de Pointe-à-Pitre sobre un terreno de casi ocho mil metros cuadrados, es la instalación más grande del mundo dedicada a recordar ese flagelo de la humanidad.
Visto desde arriba es un árbol y la estructura similar al Nido de Pájaros por el entramado a modo de ramas cambió totalmente el espacio en que estuvo ubicada antes la histórica fábrica de azúcar Darboussier.
Según explicaron en su momento los creadores, se inspiraron en las raíces del «higuero maldito», árbol endémico en las Antillas que primero destruye un edificio para luego protegerlo y conservar sus ruinas.
Debajo de esa capa de raíces plateadas hay un inmenso edificio de granito negro, que fue inaugurado oficialmente por el expresidente francés François Hollande en 2015, en presencia de los jefes de Estado de Haití (Michel Martelly), Senegal (Macky Sall), Mali (Ibrahim Boubacar Keïta) y Benin (Thomas Boni Yayi).
Aunque no fue concebido como un museo tradicional, el Memorial ACTe incluye en su interior un espacio museístico, un centro de investigaciones, otro genealógico, uno de actividades y una Plaza de la Conmemoración.
Su costo de 83 millones de euros generó mucha polémica en sus inicios, pero hoy en día es inconcebible pasar por Guadalupe y no llegar hasta allí.
A través de seis archipiélagos que comprenden 39 islas, el visitante descubre la esclavitud desde la Antigüedad hasta nuestros días.
Actualmente alberga una exposición de arquitectura jamaicana, pero semanalmente se realizan ferias, conciertos, peñas de lectura y otras actividades para mantenerlo como una opción más de recreación y conocimiento para locales y visitantes.
O sea, que no es un Nido de Pájaros, pero pretende ser igual de cálido y acogedor, sin olvidar su carga permanente de denuncia contra la esclavitud.
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