En entrevista exclusiva con ese medio de prensa, el Sumo Pontífice aseveró que desde hace décadas el planeta vive una guerra por pedazos, favorecida por la industria armamentista y la incapacidad de los seres humanos de escuchar.
Asimismo, alertó sobre la proliferación de armas nucleares, lo cual calificó de inmoral.
Por otra parte, aseveró que nadie sale solo de los momentos críticos y cuestionó la desigualdad en el acceso a los servicios de salud y los fármacos durante la pandemia de la Covid-19.
El solo hecho de que África no tenga las vacunas necesarias quiere decir que la salvación de la enfermedad también fue dosificada por otros intereses, que algo no funcionó. No podemos volver a la falsa seguridad de las estructuras políticas y económicas que teníamos antes, señaló.
De una situación como esa no se sale igual, sino mejor o peor. Tampoco se sale solo: o lo hacemos todos o ninguno, añadió.
El Obispo de Roma aseguró que hoy vivimos una crisis de civilización y medioambiental.
Dios perdona siempre y nosotros, los hombres, de vez en cuando, pero la naturaleza no lo hace nunca, no por vengativa, sino porque ponemos en marcha procesos de degeneración. Un mundo recalentado también nos saca de la construcción de una sociedad justa y fraterna, advirtió.
En este contexto, resaltó el papel de los jóvenes y la necesidad de impulsar el dialogo intergeneracional.
El proceso de un país, de desarrollo social, económico y político, necesita de una revaloración y de un continuo choque con los otros. Los jóvenes deben aprender la ciencia de la política, de la convivencia, pero también de la lucha que nos purifica de egoísmos y nos lleva adelante, indicó.
Confío mucho en ellos. Si no son los protagonistas de la Historia, estamos fritos, porque ellos son el presente y el futuro, añadió.
Por otra parte, abogó por respetar los derechos de las naciones y consideró que “Latinoamérica todavía está en ese camino lento, de lucha, del sueño de José San Martín y Simón Bolívar por la unidad”.
Siempre fue y será víctima, hasta que no se termine de liberar, de imperialismos explotadores. El sueño de esos próceres es una profecía: ese encuentro de toda Latinoamérica, más allá de la ideología, con la soberanía, afirmó.
Los imperialismos siempre buscan ocupar espacios y la grandeza de los pueblos es iniciar procesos, aseveró.
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