Según la revista Nature Cardiovascular Research, el músculo cardíaco le cuesta mucho regenerarse y esto se debe en parte a los glucocorticoides, un tipo de hormona estereoride.
Estos –puntualizan el grupo de académicos de Universidad de Bolonia, Italia- empujan a las células del músculo cardíaco a madurar después del nacimiento y, mientras, bloquean su proliferación.
«Nuestros resultados muestran que los glucocorticoides actúan como un freno importante en la capacidad regenerativa” y su inhibición mostró buenos resultados en la reparación del tejido del órgano antes mencionado, subrayan los expertos.
La mayoría de los tejidos del cuerpo humano se renuevan a lo largo de la vida, pero en el caso del corazón esa capacidad es muy baja en la edad adulta.
En ese órgano es pobre la tasa de proliferación de las células y las células madres están ausentes, de ahí que el infarto de miocardio ocasiona graves daños.
Los expertos plantearon la hipótesis de que los glucocorticoides pueden ser responsables de la maduración de las células del músculo cardíaco, en detrimento de su capacidad replicativa y regenerativa.
Observaron que la eliminación de los receptores de glucocorticoides dio como resultado una diferenciación reducida de las células del músculo cardíaco, es decir, su permanencia en un estado inmaduro, lo que aumentó la división en nuevas células cardíacas.
mem/joe