«Siempre estamos dispuestos a hablar, pero si Occidente cerró todas las puertas, si anuncia sanciones, expulsa a nuestros diplomáticos, no se puede pensar en ninguna iniciativa por nuestra parte”, afirmó el canciller durante un encuentro con estudiantes y profesores de la Universidad Estatal de Belarús.
Lavrov refirió que, si las naciones occidentales entran en razón y realizan alguna propuesta lógica, Moscú los escuchará, no sin antes tener en cuenta las acciones hostiles desplegadas hasta la fecha, reseñó el servicio de prensa de la cancillería rusa.
«Escucharemos lo que digan, pero no creeremos en su palabra. Ya les creímos muchas veces y, simplemente, nos engañaron, en general. Pero, en cualquier caso, ahora haremos todo lo posible para que en los sectores críticos de nuestra vida, la economía, la defensa, no dependamos de Occidente», agregó el jefe de la diplomacia rusa.
Por otra parte, Lavorv explicó a los presentes que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) intenta encontrar un enemigo externo para explicar su existencia debido a que el significado de la Alianza se perdió tras la desaparición del Pacto de Varsovia y la Unión Soviética.
Al respecto, recordó que en aquella época se inició un estrecho diálogo entre Rusia y la Unión Europea, se celebraban cumbres dos veces al año, el Gobierno ruso se reunía anualmente con toda la Comisión Europea, había 20 diálogos sectoriales y cuatro espacios comunes en los que se desarrollaba la cooperación práctica.
Sin embargo, agregó el canciller, ahora la Alianza Atlántica busca rodear a la nación euroasiática, interfiere en los asuntos de los países de la región, y lejos de colaborar, crea inseguridad para todo el continente europeo.
Asimismo, Lavrov refirió que estas diferencias estaban pautadas para ser analizadas en la cumbre de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, propuesta realizada por el presidente Vladimir Putin, antes de la pandemia.
En ese sentido, el ministro de Exteriores aseguró que Moscú no renuncia a esta cita pues a su juicio servirá para discutir, sin reproches mutuos y de manera honesta, cómo hacer las cosas de tal manera que el mundo sea igual y justo y que la Carta de la ONU se cumpla.
«Esta invitación, esta propuesta se mantiene. Espero que algún día Occidente vuelva en sí y podamos volver a debatirlo», aseveró Lavrov.
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