«Sería una clara exageración temer que cualquier decisión sobre el oro ruso tuviera un gran impacto en la economía. De hecho, la exportación de oro que se realizó en los últimos años desde nuestro país fue mínima», aseveró el diplomático en declaraciones al canal Rossiya-24.
Chizhov señaló que el metal dorado es «una mercancía muy simbólica» y «la cifra de 19 mil millones de dólares al año, que salió de Washington, es la estimación general de los estadounidenses del posible valor de la exportación total de Rusia del oro”.
En ese sentido, añadió que, en el supuesto caso de coincidir esa cantidad con la realidad, no se trataría solo de exportaciones a países occidentales, pues Rusia cuenta entre sus potenciales compradores con gigantes económicos como China e India.
Las declaraciones del diplomático responden al anuncio realizado por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quien manifestó que el bloque comunitario estudia la manera de que la negativa a importar oro de Rusia solo haga daño a Moscú.
«Estamos listos para ver si es posible enfocarnos en el oro de una manera que apunte a la economía rusa, pero no a nosotros», manifestó Michel en una rueda de prensa en el marco de la cumbre del Grupo del G7, realizada a inicios de esta semana.
El pasado 26 de junio varios líderes occidentales confirmaron que Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Japón pretenden prohibir la importación de oro desde la nación euroasiática.
Según el diario británico Independent, las nuevas sanciones se aplicarán al metal extraído después de aplicada la medida y no afectarán al ya comprado.
Tras el inicio de la operación militar especial rusa en Ucrania numerosos países, en su mayoría de Occidente, activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales con la intención de infligirle a la economía de la nación euroasiática el mayor daño posible, y así presionar a Moscú.
Según la base de datos Castellum.AI, Rusia es ahora el país más castigado por las medidas económicas, por delante de Irán, Siria, República Popular Democrática de Corea y Venezuela. Desde mediados de febrero pasado se activaron más de siete mil 700 nuevas sanciones restrictivas en su contra, en adición a las dos mil 754 que ya estaban en vigor.
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