Al propio tiempo un 60 por ciento de sus integrantes sintieron discriminación por el color de su piel en los últimos cinco años.
Tales datos fueron expuestos en ocasión de la presentación por la Intendencia de Montevideo de la séptima edición del Mes de la Afrodescendencia, para reubicar esta vez una temática desplazada como consecuencia del enfoque epidemiológico con que se gestionó la pandemia.
Según la Encuesta Continua de Hogares, el 12 por ciento de la población montevideana reconoce tener ascendencia afro o negra y de acuerdo con datos de la Unidad de Estadística de la comuna (2006), la mayor parte vive en los municipios más desfavorecidos.
Un sondeo de la Secretaría de Equidad Étnico Racial y Poblaciones Migrantes mostró que el 80.7 por ciento de los afrodescendientes tuvo algún impacto relacionado con la pandemia y la incidencia de la pobreza entre ellos creció en un 3.4 por ciento frente a un incremento de 2.6 entre quienes no lo son.
Su directora, Elizabeth Suárez, señaló que la institución redoblará esfuerzo, para evidenciar toda esas situación y mantener una línea de trabajo vinculada al combate a la discriminación racial, con una mirada amplia, integrada e interseccional.
Dicha población está constituida por quienes a menudo realizan trabajos informales o autónomos, brindan servicios tales como cuidados, limpieza y transporte, y en este sentido en Uruguay una de cada cuatro mujeres afrodescendientes es trabajadora doméstica.
jcm/hr