Según explicó este lunes un vocero del número 10 de la calle Downing, Johnson estaba al tanto de que había “quejas y especulaciones” de otros legisladores sobre Pincher, envuelto en un escándalo tras reportarse la semana pasada que manoseó a dos hombres en un bar privado londinense.
El portavoz agregó que como las acusaciones no progresaron hacia quejas formales o se dieron por resueltas, no se consideró apropiado detener el nombramiento del diputado como encargado de velar por la disciplina partidaria del resto de sus correligionarios en la Cámara de los Comunes.
Pincher renunció al cargo el pasado jueves tras admitir en carta remitida a Johnson que la noche bebió demasiado y se avergonzó a sí mismo y a sus colegas.
Al día siguiente, la directiva del partido conservador lo suspendió como diputado, por lo que tendrá que sentarse entre los independiente hasta que concluya la investigación interna.
El caso Pincher es el más reciente escándalo que sacude a los “tories” en lo que va de año, con un legislador condenado a prisión por abuso sexual a un menor, otro fue arrestado por sospechas de violación, un tercero renunció tras ser sorprendido mirando pornografía en su teléfono celular dentro del Parlamento, y un cuarto está bajo investigación por acoso y uso de drogas.
Johnson, quien sobrevivió a una moción de censura prmopvida por varios de sus correligionarios molestos por las fiestas ilegales celebradas en su despacho durante la cuarentena por la pandemia, enfrenta una investigación parlamentaria.
El comité de privilegios de la Cámara de los Comunes busca determinar si el primer ministro le mintió de forma consciente a los diputados cuando les aseguró en diciembre pasado que en su residencial oficial de la calle Downing jamás se infringieron las reglas del confinamiento.
Solo Boris Johnson podría mirar el expediente de ese hombre (Pincher) y pensar que “se merece un ascenso”, ironizó la presidenta del Partido Laborista, Anneliese Dodds.
mgt/nm