El presidente anfitrión, Uhuru Kenyatta, abogó por la búsqueda de soluciones sostenibles a los retos regionales durante la XXXIX Asamblea Extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de la IGAD.
Citó el extremismo violento, la sequía y los conflictos armados como algunos de los desafíos que requieren la atención urgente de los líderes de los países miembros.
«Solo en los dos últimos años, la región sufrió una invasión de langostas del desierto, una sequía aplastante que aún continúa, numerosas amenazas relacionadas con el extremismo violento, conflictos armados y, como el resto del mundo, no se libró de la pandemia de Covid-19», prosiguió Kenyatta.
Apuntó que no se logrará ningún progreso sin paz y seguridad, para lo cual convidó a los presentes trabajar juntos con audacia y creatividad para sortear las múltiples crisis que enfrentan sus respectivos países.
Entre los participantes estuvieron el general Abdel Fattah al Burhan, presidente del Consejo Soberano de Transición en Sudán, la máxima instancia tras el golpe de Estado del 25 de octubre del año pasado, y el primer ministro etíope, Abiy Ahmed.
De hecho, el conflicto entre ambos Estados fronterizos fue tratado por los dignatarios presentes aunque no trascendieron inicialmente declaraciones al respecto.
La Presidencia de Kenya anunció que Kenyatta recibió al margen de la reunión a al Burhan, pero no se informaron los temas que trataron.
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