Zajárova reveló la existencia de un «encargo» de boicotear a cualquier coste a la representación de Rusia durante la reunión de los ministros de Relaciones Exteriores de los países del Grupo de los 20 (G20), realizada en Bali, Indonesia.
«Primero ellos inventaron la historia de que no querían participar en la sesión de fotos si estaba Rusia. Pero comprendieron que quedaban en minoría absoluta», señaló.
Si de 20 restan siete quedan 13, y estos 13 no querían organizar ningún boicot, pensaban trabajar de modo constructivo. De ahí que fracasaron y desembocó en el aislamiento del G7, refirió.
La vocera añadió que el tema de excluir a Moscú estaba orientado también a los reporteros occidentales, que corrían por la sala para intentar captar cualquier situación de diferencia que se pudiera orquestar.
En ese sentido, la funcionaria del Ministerio de Asuntos Exteriores señaló que por la parte rusa no hubo ningún boicot, «no es un método nuestro», enfatizó.
«Todo eso demuestra que la suerte del planeta no les interesa a los líderes de los regímenes liberales, los que -presa de la mentalidad colonial-, solo persiguen el interés de imponer su dominio a todos los demás y llegar a gobernar el universo, sin atraer la atención del equipo sanitario», argumentó.
Zajárova subrayó que los organizadores de la reunión ministerial del G20 hicieron lo máximo para que esta actividad se desarrollara al más alto nivel y que se debatieran todos los puntos de su agenda.
Anteriormente, la portavoz anunció que la delegación rusa impulsaría el análisis de las cuestiones apremiantes relativas a la consolidación de los principios del multilateralismo en condiciones de un orden mundial policéntrico, así como el incremento de la seguridad alimentaria y energética.
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