En el texto la colectividad manifestó su repudio a los actos violentos generados el 11 de julio de 2021 que perseguían “desestabilizar el ambiente social y político en Cuba, y se tradujeron en graves actos de vandalismo y ataques violentos a miembros de la fuerza policial”.
Recalcó que las evidencias del origen de tales acciones desestabilizadoras apuntan a una masiva operación de guerra política y sicológica, instrumentada desde el extranjero y operada a través de centros de guerra digital y decenas de miles de cuentas falsas en redes sociales.
«Estos actos desestabilizadores se inscriben en la llamada Estrategia de Guerra de Amplio Espectro, que el Gobierno de los Estados Unidos aplica desde hace 60 años contra el pueblo de la República de Cuba», subrayó.
Dicha guerra incluye, además, el inhumano bloqueo económico, comercial y financiero, la manipulación informativa, el financiamiento a grupos y personas que adversan el socialismo en la isla, la limitación de contactos humanos e intercambios, y otras medidas contrarias al Derecho Internacional y a los derechos humanos, de cubanos y estadounidenses, añadió el texto.
Advirtió que esa estrategia de agresión pretende que, agobiado por las limitaciones de todo tipo y que impactan duramente en su vida cotidiana, el pueblo cubano se levante contra el gobierno revolucionario, y se ponga así fin así a la independencia, la soberanía y al socialismo en Cuba.
Recalcó que todo ello es así a pesar de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en el pasado fue parte del Gobierno que decidió iniciar un proceso de normalización de las relaciones entre su país y Cuba.
«Peor aun, Biden se aferra a la política de agresión y bloqueo, y se niega a levantar las más de 200 adicionales, perversas e ilegales medidas unilaterales adoptadas por su predecesor en la Casa Blanca», enfatizó.
La declaración remarcó que en ese contexto de permanente e irracional agresión a la Revolución cubana se inscribe la decisión del gobierno de Biden, de excluir caprichosa e injustificadamente a Cuba de la recién efectuada «Cumbre de las Américas», medida que recibió un amplio rechazo entre los pueblos de la región».
«Sumamos una vez más nuestras voces a la condena de la política de agresión que practica el gobierno de Estados Unidos contra el pueblo de Cuba y manifestamos nuestra incondicional solidaridad con ese pueblo valiente, decidido a fortalecer y perfeccionar su sistema socialista», concluyó el texto.
La declaración está firmada por figuras destacadas de la región, entre ellas Hugo Moldiz (Bolivia), Sigfrido Reyes y Raúl Llarull (EI Salvador), Julio Muriente Pérez (Puerto Rico), Luis Alberto Albán Urbano(Colombia), Ricardo Patiño (Ecuador), entre otras personalidades.
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