«Sorolla en negro» deslumbra a partir de la elegancia del color negro a partir de la inspiración de Joaquín Sorolla, impresionista e iluminista español oriundo de Valencia, que plasmó con especial intensidad la policromía en sus cuadros.
La exposición en la casa museo del artista plástico, por cierto, no muy lejana del Prado, abre oficialmente sus puertas al público desde mañana hasta noviembre venidero.
Carlos Reyero, catedrático de Historia del Arte y exdirector del Museo de Bellas Artes de Valencia, destacó a un grupo de periodistas que el negro para Sorolla forma parte de la «realidad, de la tradición pictórica española y de la moda», reflejo de pintores como El Greco, Goya o Velázquez.
El experto comentó que todas las culturas cargan el negro de simbolismo y Sorolla lo hace con un concepto asociado a la España negra, a la muerte, al mal, como se refleja en «Trata de blancas».
En su caso, el Prado propone hasta el venidero 16 de octubre asomarse a un trayecto de cuadros de la exposición permanente, concebido por la doctora en astrofísica Montserrat Villar.
Se trata de una idea que apunta hacia la percepción y el conocimiento del cosmos, con sus variaciones en la medida de los progresos científicos, que supusieron un desafío artístico a la hora de plasmarlos de forma visual.
La diversidad y riqueza de las colecciones del Prado hacen posible esta nueva aproximación, amparada en la astrofísica, la cual permite una mirada en temas y asuntos que normalmente pasarían inadvertidos en una selección de 20 obras.
Del pincel de Patinir, Rubens, Murillo, Zurbarán o Tiepolo parte de este asombroso itinerario. De cierto modo, se suma al reciente lanzamiento de una iniciativa patrocinada por la empresa de productos dentales Lacer acerca de la incidencia de la pintura en asuntos tan comunes.
Así, el museo del Prado invita a un viaje a través de los siglos, para descubrir cómo el arte y la ciencia se entrelazan para enriquecerse con un intercambio de miradas.
mem/ft