Al menos esa es la tesis que aflora tras las siete audiencias realizadas por el panel del Congreso que evidenciaron el objetivo del exmandatario de aferrarse al poder.
Durante la primera, celebrada el 9 de junio, salió a relucir lo que algunos medios de prensa calificaron de narrativa inquietante.
El comité describió que consideró como un intento de golpe orquestado por el expresidente que culminó con la violenta insurrección.
«En el centro de la apasionante historia había tres actores principales: Trump, el grupo de extrema derecha Proud Boys y un agente de la Policía del Capitolio», reseñó el diario The Hill.
Durante la segunda audiencia se expusieron elementos acerca de de cómo se crearon mentiras electorales.
El entonces gobernante -enfatizaron los testimonios- ignoró a sus ayudantes y asesores mientras declaraba la victoria prematuramente en 2020 y presionaba con reclamaciones de un fraude sobre el cual sus propios allegados dijeron que eran afirmaciones erróneas.
«Se ha alejado de la realidad si realmente cree en estas cosas», apuntó William Barr, exfiscal general, sobre Trump durante una entrevista grabada en vídeo.
La tercera audiencia expuso a la opinión pública la manera en que el republicano trató de obligar a su vicepresidente, Mike Pence, para que siguiera adelante con un plan dirigido a anular su derrota incluso le pidió que se pronunciara sobre la supuesta ilegalidad de la victoria de Joe Biden.
El panel sacó a la luz acciones de Trump que llevaron a sus partidarios a irrumpir en el Capitolio con la idea de “colgar a Pence”.
La cuarta audiencia detalló que el mandatario estaba personalmente involucrado en un proyecto para presentar electores falsos.
De hecho -subrayaron- se apoyó en funcionarios estatales para invalidar su derrota y hasta utilizó amenazas violentas cuando se negaron.
En la quinta sesión exploraron el propósito de Trump de abusar del Departamento de Justicia con el objetivo de mantenerse en el poder y se presentaron pruebas de que al menos media docena de miembros republicanos del Congreso buscaron indultos preventivos.
Entretanto, la denominada audiencia sorpresa permitió a Cassidy Hutchinson, exasesora de la Casa Blanca, ofrecer un explosivo testimonio en el cual reveló que el presidente sabía que muchos de los participantes en un mitin previo a los sucesos del Capitolio portaban armas.
También, en esa sexta audiencia, describió a Mark Meadows, el jefe de gabinete de la mansión ejecutiva, como alguien que se desentendió y no quiso actuar cuando los alborotadores se acercaron a la sede del legislativo.
Mientras, la séptima apuntó a las intenciones de Trump de encabezar una marcha hacia el Capitolio el 6 de enero, «pero quería que pareciera espontánea», según informó el comité.
Los investigadores del comité selecto bipartidista no tienen la potestad de hacer acusaciones criminales, pero se enseñaron pruebas que pueden conducir a un juicio, alertaron expertos.
Para el próximo jueves, en horario de máxima audiencia, los estadounidenses verán posiblemente la última comparecencia del verano.
Se espera que los testimonios arrojen claridad acerca de los 187 minutos en que el presidente Trump nada hizo por detener a los enfurecidos seguidores que, alentados por la teoría del fraude electoral, asaltaron el Capitolio.
El 6 de enero de 2021 «murieron cinco de mis compañeros de las fuerzas del orden y más de 850 agitadores fueron detenidos. Así que muchas familias quedaron destrozadas por el afán de poder de un solo hombre”, escribió Aquilino Gonell, sargento del Capitolio y uno de los más de 140 policías heridos durante la insurrección.
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