Uno de los incidentes más recientes ocurrió hace menos de una semana cuando un hombre fue detenido por supuestamente amenazar con matar a la representante Pramila Jayapal (demócrata de Washington), que lidera el Caucus Progresista del Congreso.
Según las fuerzas del orden, los agentes descubrieron al sospechoso en la calle, frente a la casa de Jayapal en Seattle, la noche del 9 de julio, con una pistola enfundada en la cintura.
Un vecino dijo a la policía que había oído al hombre gritar: «Vuelve a la India, te voy a matar» y que vio su vehículo pasar por delante de la residencia de Jayapal unas tres veces mientras gritaba palabras obscenas, según los registros judiciales.
El sospechoso, de 48 años, fue puesto en libertad el miércoles después de que la policía no pudiera demostrar la veracidad de las supuestas intimidaciones, reportó el diario Seattle Times.
A principios de este mes, el representante Adam Kinzinger III, uno de los dos republicanos que forman parte del comité selecto de la Cámara de Representantes que investiga el ataque al Capitolio federal el 6 de enero de 2021, compartió las cartas y los mensajes de voz amenazantes que le llegaron.
«Espero que te mueras naturalmente lo más rápido posible», decía una de las llamadas.
«Vamos a ir a protestar delante de tu casa este fin de semana. Sabemos quién es tu familia y vamos a atraparte» y «Vamos a coger a tu mujer, vamos a coger a tus hijos», expresaban otras.
El asalto al Capitolio, hecho que aquí consideraron un intento de golpe de Estado, recuerda a los ciudadanos que el país no es inmune al tipo de violencia política relativamente común en algunas partes del mundo, a juicio del periódico The Hill.
En su cuenta en Twitter, Kinzinger publicó un vídeo en el que recopiló las comunicaciones intimidatorias y escribió que las amenazas de violencia por la política han aumentado mucho en los últimos años, “pero la oscuridad ha alcanzado nuevos mínimos».
Por su parte, la representante Mary Gay Scanlon (demócrata de Pensilvania) atribuyó la tendencia no solo al expresidente Donald Trump, que era bien conocido por promover la violencia en sus mítines y sigue impulsando mentiras sobre las elecciones que perdió en 2020.
También vincula esa tendencia a los republicanos en el Congreso que continúan defendiendo al exmandatario y sus acciones en torno a la insurrección del 6 de enero del pasado año.
«Todo el mundo recibe amenazas en estos días, y se agrava por el hecho de que algunos de nuestros miembros no condenan la violencia política, en particular cuando se dirige al Capitolio, al vicepresidente, al presidente de la Cámara», advirtió Scanlon.
«Recién llegué en 2018, y las amenazas han sido siempre en relación con el expresidente», añadió.
“Ciertamente, vimos un endurecimiento del diálogo público, una voluntad de lanzar acusaciones sin fundamento que Trump apoyó”, acotó al comentar que ese ha sido un modelo de comportamiento que exgobernante dio como (mal) ejemplo al país.
Los organismos gubernamentales estadounidenses parecen cada vez más preocupados por el aumento del riesgo de hostilidad política en Estados Unidos, así como por la dimensión internacional del problema.
El Departamento de Seguridad Nacional alertó en junio en un boletín de asesoramiento sobre el terrorismo que una amplia gama de temas divisivos, desde el aborto hasta la frontera (migración), podrían motivar a quienes probablemente utilicen la violencia para expresar su descontento.
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