Muchos jóvenes acudieron entonces a las urnas motivados por la ira en contra de las aspiraciones de reelección de Donald Trump y en medio de una ola de activismo inspirado también por el deseo de que el país tomara otros rumbos en temas como la justicia racial, el control de armas y el cambio climático.
Sin embargo, los problemas que llevaron a esos jóvenes progresistas a la política siguen siendo urgentes y sin resolver, y dos años después, la Corte Suprema de Justicia ha erosionado las protecciones federales en esos asuntos, en opinión de observadores.
Por ejemplo, los votantes latinos jóvenes apoyaron en su mayoría a Biden sobre Trump en los comicios de noviembre de 2020 e incluso el demócrata llegó a obtener el respaldo del 60 por ciento de ese grupo, en aquellos con edades comprendidas entre 18 y 34 años, de acuerdo con las encuestas.
Empero, un reciente sondeo del diario The New York Times y Siena College reveló que solo el uno por ciento de los jóvenes entre 18 y 29 años aprueba “decididamente la manera en que Biden hace su trabajo”, o visto de otra manera: el 99 por ciento lo rechaza.
Pero no es solo eso, el 94 por ciento de los demócratas menores de 30 años afirman que quieren que otro candidato se postule dentro de dos años y de todos los grupos etarios, una buena proporción de electores jóvenes dijo que no votarían por Biden ni por Trump en el supuesto de que chocaran otra vez en 2024.
Los números son una advertencia clara para los demócratas, que batallan para evitar una paliza en las elecciones intermedias de noviembre, apuntó el Times.
En este momento no pocos se perciben indiferentes y desanimados y solo un 32 por ciento de ellos cree estar “casi seguro” de ejercer el sufragio en noviembre, porque casi la mitad consideró que su voto “no hizo ninguna diferencia”.
Los políticos y encuestadores demócratas son muy conscientes d este problema con los votantes jóvenes, aunque insisten en que hay tiempo para involucrarlos en los temas que les interesan, sostuvo el artículo publicado bajo el título “Los votantes jóvenes apoyaron con fuerza a los demócratas en 2020; ¿lo volverán a hacer?”
Las recientes decisiones de la Corte Suprema que eliminan el derecho constitucional al aborto, limitan la capacidad de los estados para controlar el porte de armas de fuego y recortan los poderes regulatorios del gobierno federal sobre las emisiones que contribuyen al calentamiento climático comienzan a calar en la conciencia de los electores.
Como opinan algunos analistas, Estados Unidos está inmerso en una creciente y peligrosa tensión en víspera de las elecciones de medio término.
Ese primer ataque del Supremo al revertir el aborto, un derecho ganado hace casi medio siglo, podría ser el inicio de una mayor ofensiva contra derechos civiles dentro de una sociedad en extremo polarizada.
El venidero 8 de noviembre se renovarán los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 34 de los 100 escaños del Senado se disputarán en las elecciones intermedias.
Los pronósticos auguran ganancia para los republicanos y pérdidas para los demócratas, empeñados en retener su ajustada mayoría en el legislativo. Los resultados marcarán el rumbo hacia 2024.
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