La cita fílmica privilegia la exhibición de las películas europeas más interesantes y busca elevar el nivel de los estrenos que, este año, integraron las carteleras del Festival de Cannes en Francia o la Berlinale alemana.
Cuando comencé a trabajar en Palić, la misión era traer tantos directores europeos como fuera posible y, por supuesto, actores, para que pudieran ver lo que estaba sucediendo aquí y presenciar el desarrollo de la industria cinematográfica serbia, refiere Nikitin.
Hasta el 22 de julio, el certamen fílmico reúne a notables productores y realizadores, pese al impacto negativo de la pandemia, los efectos de la inflación económica mundial y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
De acuerdo con el también comisario de la Semana de la Crítica en el Festival de Cine Black Nights de Tallin, la financiación cinematográfica en el país es limitada por lo que el evento presenta varias coproducciones a cargo de directores nacionales, como Srdan Golubović, Mila Turajlic o Stefan Arsenijević.
En su carrera, el especialista ha sido delegado del Festival de Cine de Berlín por 18 años y trabajó más dos décadas como crítico cinematográfico para numerosos eventos de toda Europa, entre estos, el Goethe-Institut y el Institut Français.
mv/chm