En la reunión de los jefes de Estado garantes del proceso de Astaná para facilitar un acuerdo sirio, que se celebra este martes en Teherán, el mandatario ruso, Vladimir Putin, recalcó que mientras en la nación árabe haya presencia de grupos extremistas en los territorios no controlados por el Gobierno de Damasco, la estabilidad del país estará en juego.
«Hay que acabar para siempre con la presencia en Siria del Estado Islámico y otros grupos extremistas, de allí proceden las amenazas reales del crimen, el extremismo y el separatismo», declaró el dignatario ruso.
En ese sentido, Putin instó a los miembros del formato de Astaná a tomar medidas adicionales para estabilizar las zonas que se incluyen en la línea destructiva de Occidente, y así devolverlas al control de las autoridades legítimas de Siria.
Por su parte, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, declaró durante el encuentro trilateral que la presencia ilegal de las tropas estadounidenses en Siria es un factor desestabilizador para la región.
«Es necesario que las fuerzas de este país abandonen la región, incluida Siria, lo más rápido posible», afirmó el jefe de Estado.
El líder persa acusó a Washington de saquear recursos sirios, incluido el petróleo, y condenó los ataques aéreos de Israel contra el territorio de Damasco.
Asimismo, el dignatario turco, Recep Tayyip Erdogan, calificó el proceso de Astaná como un mecanismo importante para resolver el problema sirio, pero admitió que las reuniones que han tenido lugar en este formato hasta ahora no dieron los resultados deseados.
Al respecto, señaló que Ankara espera una asistencia activa de Rusia e Irán para contrarrestar a los grupos terroristas en Siria.
«Esperamos que los garantes del proceso de Astaná le ayuden a Turquía en esta lucha», enfatizó Erdogán, al mismo tiempo explicó que las áreas de Tell Rifaat y Manbij en el norte de Siria, donde el Gobierno turco planea llevar a cabo una operación militar contra los separatistas kurdos, se han convertido en un «refugio para terroristas.
Las negociaciones de este martes en Teherán marcan la primera cumbre en tres años del proceso de Astaná, -sobre la resolución de la situación en Siria-, que se celebra en formato presencial tras la pandemia de Covid-19.
car/odf