La nueva máxima histórica, que supera con creces los 38,7 grados registrados en julio de 2019 en Cambridge, ocurrió a las 12:50 hora local (11:50 GMT) de este martes, como resultado de la ola de calor que llegó al país la víspera, procedente del continente europeo.
Los meteorólogos advirtieron, no obstante, que las temperaturas podrían seguir subiendo durante el resto del día.
Inglaterra, el territorio británico más afectado, se encuentra desde el lunes en alerta roja, el nivel máximo en la escala de los meteorólogos para advertir que el calor extremo puede poner en peligro la vida de las personas, y provocar interrupciones en los servicios de transporte, electricidad y agua potable, entre otros.
A tono con la advertencia, las compañías ferroviarias anunciaron que se producirán cancelaciones y demoras en las salidas de los trenes, y pidieron a la población viajar solo en caso necesario.
La Policía, por su parte, alertó al público, sobre el riesgo de nadar en aguas abiertas, luego de reportarse algunos accidentes fatales en las últimas horas.
También hay reportes de un incremento inusual en el número de llamadas a los servicios de emergencia de los hospitales y ambulancias, y la organización benéfica Age UK pidió a las familias estar atentos a la salud de los ancianos, más propensos a deshidratarse por el calor.
mv/nm