«No importa cuánto se esfuercen las élites occidentales y las llamadas élites supranacionales por preservar el orden de cosas existente, se acerca una nueva era, una nueva etapa en la historia mundial. Y solo los Estados verdaderamente soberanos pueden garantizar una dinámica de alto crecimiento”, recalcó el mandatario según refirió el sitio web del Kremlin.
Durante el foro Ideas fuertes para el nuevo tiempo, Putin aseguró que la meta de Rusia es convertirse en un ejemplo para los demás en los estándares y la calidad de vida, la protección de los valores tradicionales y los altos ideales humanistas, en modelos de desarrollo en los que una persona se convierte no en un medio, sino en el objetivo más alto.
El jefe de Estado destacó que ahora «las transformaciones verdaderamente revolucionarias están ganando cada vez más impulso y fuerza a nivel global».
En ese sentido, agregó que estos cambios son irreversibles, tanto a nivel nacional como mundial.
Putin explicó que se desarrollan las bases y los principios de un orden mundial armonioso, más equitativo, socialmente orientado y seguro, una alternativa a la existente.
Al respecto, el mandatario advirtió que el actual orden mundial unipolar se convierte en un freno para el desarrollo de la civilización.
El presidente ruso puso como uno de los pasos para romper con la dominación de Occidente la de acabar de una vez con la dependencia de las tecnologías de otros países, que crea un círculo vicioso del que después es difícil salir.
“Apoyarnos en tecnología extranjera todo el tiempo es sumergirnos en la dependencia, en esa dependencia humillante y muy peligrosa, porque se expande gradualmente y pasa de una esfera a otra, incluidas las áreas críticas relacionadas con la tecnología militar», refirió el dignatario.
A decir de Putin, ejemplo de esa expansión desenfrenada la vive actualmente la nación euroasiática con las presiones occidentales que pretenden asfixiar y aislar al país del mapa geopolítico global.
Tras el inicio de la operación militar especial rusa en Ucrania, el pasado 24 de febrero, numerosos países en su mayoría de Occidente activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales con la intención de infligirle a la economía de la nación euroasiática el mayor daño posible, y así presionar a Moscú para detener las hostilidades.
Según la base de datos Castellum.AI, Rusia es ahora el país más castigado por las medidas económicas, por delante de Irán, Siria, República Popular Democrática de Corea y Venezuela. Desde mediados de febrero pasado se activaron más de ocho mil 550 nuevas sanciones restrictivas en su contra, en adición a las dos mil 695 que ya estaban en vigor.
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