El Ministerio de Gestión de Emergencias mencionó las inundaciones y las tormentas de granizo como los fenómenos que más golpearon al país entre enero y junio pasado, pero igualmente subrayó el impacto devastador de las sequías, heladas, terremotos, nevadas e incendios forestales y de pastizales.
Como resultado de esos eventos, alrededor de 39,1 millones de personas quedaron damnificadas y de ellas 1,28 millones fueron reubicadas en otros sitios de residencia.
Además, el país registró más de 18 mil viviendas derrumbadas y daños considerables en 3,6 millones de hectáreas de tierras cultivadas.
Actualmente China sufre los efectos de sequías, lluvias torrenciales y olas de calor en distintos puntos de geografía, que obligan a decretar frecuentes alertas para responder a las contingencias.
Este jueves el Centro Meteorológico Nacional renovó la alerta por la persistencia hasta mañana de aguaceros torrenciales acompañados de tempestades y vendavales en las provincias de Qinghai, Gansu, Sichuan, Shaanxi y Chongqing.
Recomendó a los gobiernos locales tomar medidas para resguardar a la población y evitar afectaciones en los sistemas de drenaje en las ciudades, tierras agrícolas y estanques piscícolas.
jf/ymr