El ex vicepresidente tiene programadas numerosas apariciones en las próximas semanas, lo que le pone en conflicto directo con su exjefe Donald Trump, quien aún no declaró públicamente que participará en esos comicios, pero sí dijo que tomó una decisión al respecto.
Según medios de prensa, la presencia de Pence en actos de campaña y en puntos que parecen enfrentarle a Trump, son bien recibidas entre los republicanos de la Cámara de Representantes.
El martes el ex vicemandatario asistió a una cena del Comité Nacional Republicano del Congreso y la víspera fue al Capitolio federal invitado por el Comité de Estudio del partido, el mayor grupo conservador de la Cámara Baja, que Pence presidió de 2005 a 2006.
También apoyó el lunes a Karrin Taylor Robson en la carrera a gobernador de Arizona, quien se enfrenta a Kari Lake, la candidata preferida de Trump. Ambos viajarán el fin de semana a ese estado para hacer campaña por sus respectivos aspirantes.
Además, irá a New Hampshire a principios de agosto, volviendo al estado de las primarias tempranas, lo que alimentará más especulaciones sobre sus intenciones para 2024, señaló el diario The Hill.
Lo que se pronostica es un posible ajuste de cuentas sobre el papel que podría desempeñar Trump en la fuerza roja de cara a las presidenciales que tendrán lugar en poco más de dos años, en opinión de observadores.
El congresista Jim Banks (Indiana), actual presidente del Comité de Estudio Republicano, dijo a principios del año pasado que Pence era «el primero de su lista» para la candidatura presidencial en 2024, pero también abrazó a Trump de muchas maneras.
Sin embargo, hay quienes consideran que sería contraproducente mostrar las tensiones partidistas a la luz pública en este momento porque «ambos hombres, Trump y Pence, tienen un papel que desempeñar para ayudar a los republicanos de la Cámara de Representantes a recuperar la mayoría” en las elecciones intermedias de noviembre, afirmó Andy Barr.
Cada uno de ellos tendrá un rol más fuerte dependiendo de los distritos del Congreso, acotó el republicano de Kentucky.
El 6 de enero del pasado año seguidores del entonces presidente asaltaron la sede del Congreso de la Unión para impedir la certificación del triunfo del demócrata Joe Biden en noviembre de 2020, una insurrección que dejó cinco muertos y más de 140 policías heridos.
Un comité selecto de la Cámara de Representantes formado para investigar el ataque intenta demostrar la participación del exmandatario en el desenlace de los acontecimientos a partir de innumerables documentos consultados, entrevistas y las audiencias públicas celebradas hasta ahora.
Por primera vez en la historia de Estados Unidos un presidente convocó una protesta contra su propio gobierno, de hecho, para tratar de detener el recuento de los votos del colegio electoral en unas elecciones que había perdido, advirtió el congresista demócrata Jamie Raskin el pasado 11 de julio
en el programa «Face The Nation» de CBS News.
Raskin se refirió a una de las más recientes revelaciones sobre un tuit de Trump que se consideró crucial en el violento esfuerzo por anular su derrota electoral.
«Gran protesta en el D.C. (la capital) el 6 de enero. Estad allí, será salvaje!» escribió Trump en la red social Twitter el 19 de diciembre de 2020.
El mensaje, sostienen los investigadores, actuó como un “astuto grito de guerra” para los grupos de extrema derecha y otros partidarios de Trump que estaban erróneamente convencidos de que las elecciones fueron «robadas».
Una de las audiencias del panel se centró específicamente en la decisión de Pence de desafiar la presión de Trump y sus aliados, y tomar la decisión de certificar las elecciones de 2020, por lo cual el día del asalto trataron de colgarlo.
Se espera que la audiencia de este jueves -la octava de la serie- dé cuerda a la narrativa expuesta por el comité en el transcurso de los últimos dos meses, cuando examinó los eventos que condujeron a la violenta acción y los principales actores involucrados en el esfuerzo de Trump aferrarse al poder.
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