Según un comunicado emitido por el gobernador de ese estado, Gavin Newson, la medida se tomó considerando que las altas temperaturas, las condiciones extremas de sequía, los combustibles secos y los vientos aumentan la intensidad y la propagación del fuego.
El llamado incendio Oak, que comenzó el viernes, se propaga en numerosas direcciones y obligó a evacuar a más de tres mil residentes, después de quemar más de 46 kilómetros cuadrados y ocasionar daños en viviendas y otras infraestructuras.
También se cerraron algunas vías principales que conducen al Parque Nacional de Yosemite.
La oficina del gobernador de California informó que los servicios de rescate y de incendios trabajan junto a las agencias estatales, locales y federales para coordinar la respuesta ante el siniestro.
Asimismo, el Servicio Forestal de Estados Unidos anunció un plan de emergencia para acelerar los proyectos de protección de las secuoyas gigantes, árboles que ya se vieron amenazados por otro gran incendio este mes en California.
Los grandes fuegos en esta zona de la nación norteña han acabado durante los últimos dos años con al menos el 20 por ciento de las secuoyas gigantes de Estados Unidos.
Hace solo una semana, un incendio había amenazado con destruir el bosque de secuoyas del Parque Nacional de Yosemite, pero este pudo ser finalmente controlado por los bomberos.
En medio del tiempo extremadamente cálido y una sequía extrema, los incendios de este tipo de hacen más frecuentes y difíciles de extinguir.
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