Se trata de un remanente de la guerra que estalló el lunes matando a los dos pequeños en la provincia central de Uruzgan, señaló la agencia de noticias The Khaama Press.
Agha Wali Quraishi, portavoz de la oficina del jefe de Policía de la provincia de Uruzgan, confirmó la veracidad del incidente en la aldea de Shish Par, en el distrito de Khas de Uruzgan.
Las explosiones de restos de guerra en todo Afganistán aumentaron en los últimos meses, matando e hiriendo principalmente a niños.
La detonación de una granada de mortero a finales de mayo, en la provincia septentrional de Kunduz, mató a dos niños e hirió a otro, mientras un incidente similar en la misma provincia a principios de junio ocasionó la muerte a otro menor.
También a finales de mayo, la explosión de una granada de mortero en la provincia de Ghazni, en el centro de Afganistán, acabó con la vida de un niño y dejó a otro permanentemente discapacitado.
Debido a décadas de conflicto, una gran parte de la superficie de Afganistán está cubierta de minas y explosivos, según el Ministerio de Estado para la Gestión de Desastres y Asuntos Humanitarios de los talibanes.
En el Día Internacional de la Sensibilización y la Acción contra las Minas, un funcionario de ese ministerio declaró que las minas terrestres y los restos de explosivos de guerra matan o mutilan a más de 120 personas cada mes.
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