Desde horas tempranas los capitalinos acompañaron la pequeña figura de “minguito” en una procesión por las principales calles de esta urbe hasta llegar al centro de la ciudad, colmada de colorido, tradición, cultura y fe.
En el desfile participaron personas de varias generaciones entre ellos niños, mujeres y adultos mayores, muchos de los cuales en cumplimiento de promesas a la imagen del santo patrono por haber recibido milagros de sanación o protección.

Por su parte, la alcaldesa de Managua, Reyna Rueda, destacó la paz y la armonía de las familias nicaragüenses en estas celebraciones, consideradas las más grandes del país centroamericano.
«Crecimos viendo estas fiestas populares, estas fiestas de los managuas y vemos que han asistido personas del extranjero y de los departamentos, todo esto es parte de la alegría de vivir en paz y del rescate de nuestras tradiciones y de nuestra fe», comentó Rueda.

Así, cada 1 y 10 de agosto se realiza la primera y segunda peregrinación, conocidas como “la bajada y subida del santo” a la que acuden miles de personas devotos de Santo Domingo de Guzmán.
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