Junto con la andanada de críticas de la centroizquierda liderada por los socialistas y el bloque Unidas Podemos en el Ejecutivo, también un sector importante de la población rechazó “el atrincheramiento de Ayuso y los Populares (PP)”.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, opinó que los madrileños y residentes en la capital española, «van a ir muy por delante en solidaridad, como lo han hecho siempre», de Díaz Ayuso.
Robles apuntó que como ciudadana se resiste a entender que no haya unidad en España como la que hay en Europa frente a la crisis energética.
La titular de Defensa subrayó que es «el momento de la solidaridad y de pensar que a veces es difícil tomar decisiones”, pero las adoptadas el Gobierno para solucionar las consecuencias de la crisis energética son fundamentales.
«Si no somos capaces de entender eso, si queremos anteponer cuestiones puramente personales o partidistas por una determinada comunidad y no pensamos en la comunidad internacional (…), ni es solidario ni es propio de España, que si por algo se caracteriza es por ser un país muy solidario y cuando hay que apretarse el cinturón como en este momento lo vamos a hacer», apostilló.
No menos crítica fueron las ministras de Justicia, Pilar LLop, y de Ciencia, Diana Morant, que consideraron impresentables las declaraciones de Ayuso «contra Europa y contra las políticas europeas».
La víspera, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) criticó a la titular de la Comunidad de Madrid y calificó de frivolidad la actitud de rebelarse contra las medidas de ahorro energético aprobadas por el Gobierno.
Al mismo tiempo, Alegría instó al líder del conservador Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, a desautorizarla, aunque ya la organización opositora dio libertad a las comunidades autónoma de actuar como crean conveniente.
Puntualizó que no van a consentir que una comunidad autónoma se declare en rebeldía y ponga en cuestión la unidad europea, que es sagrada.
Sin embargo, Ayuso repitió que no aplicará el plan diseñado por el Gobierno, el cual exige apagar las luces de los escaparates (vitrinas) a partir de las 22:00 hora local, ajuste de los termostatos en 27 grados en verano y que no superan los 19 en invierno en los edificios administrativos, espacios comerciales y culturales, estaciones de tren y autobús y aeropuertos.
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