Según un comunicado de Matignon, la sede oficial de la primera ministra, la medida responde a “una situación histórica que atraviesan numerosos territorios”.
La célula tendrá la misión de garantizar el flujo de información entre las autoridades departamentales, en aras de facilitar la toma de decisiones, y pudiera celebrar su primera reunión este viernes.
De acuerdo con el gobierno, la sequía es la más grave vivida en Francia, con pronósticos meteorológicos de que la situación pudiera continuar durante las próximas dos semanas, aumentando la preocupación.
Asimismo, reconoció las dificultades de acceso al agua en varias comunidades y calificó de drama el escenario que enfrentan los agricultores y los ecosistemas.
Los 96 departamentos del territorio metropolitano están en alguno de los cuatro niveles de vigilancia, alrededor de la mitad en el más alto “crisis”, que implica priorizar el uso del agua en sectores como la salud y el consumo humano.
Otra de las inquietudes que representa la sequía es el riesgo que aporta, al combinarse con las altas temperaturas y los vientos, en la propagación de incendios forestales, que en las últimas cuatro semanas destruyeron más de 20 mil hectáreas de bosques, sobre todo en el sur del país.
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