Ollantay Itzamná*, colaborador de Prensa Latina
El allanamiento judicial del domicilio del presidente del diario impreso elPeriódico, José Rubén Zamora, simultáneo al allanamiento, sin mayor explicación, de las oficinas centrales de este medio, y la detención preventiva de Zamora, reactiva en guatemaltecos y guatemaltecas temores colectivos inyectados durante la guerra interna del pasado siglo. Largo tiempo oscuro donde las y los periodistas y comunicadores estaban conminados a andar «con el testamento bajo el brazo».
La espectacular intervención judicial policial del allanamiento, que duró por varias horas, sin mayor explicación, generó varias dudas. Al final, el Fiscal responsable del caso indicó que: «la intervención no es a la prensa, sino a José Rubén Zamora». Lo cierto es que allanaron y detuvieron a los periodistas de elPeriódico, y encarcelaron al periodista presidente de ese medio.
¿Qué rol jugaba y juega elPeriódico en Guatemala?
A diferencia de otros países del Continente, en Guatemala no existe un periodismo de «oposición» a los gobiernos de turno. El sistema neoliberal hizo que los dueños de los medios de producción se convirtiesen en dueños de los medios de comunicación. Quizás por ello, en esta era neoliberal, nunca hubo violación a la libertad de prensa empresarial.
Excepcionalmente, elPeriódico, sin alejarse de la hegemónica ideología neoliberal, se atrevió a «batallar contra la corrupción, incluso con sus críticas a lo que fue la CICIG». Este medio corporativo, al igual que el resto de la prensa escrita, obedece a la ideología hegemónica.
Abrió espacio a columnistas provenientes de la vieja izquierda post Acuerdos de Paz. Escritores influyentes como Mario Roberto Morales, Irma Alicia Velázquez, y escritores más jóvenes, utilizaron este medio para visibilizar y posicionar sus análisis sobre las luchas de los pueblos.
En los últimos años, en el marco de la «guerra made in USA contra la corrupción» que enfrentó a dos bandos de la oligarquía nacional que saquean al Estado por turnos, elPeriódico se declaró como «un medio de comunicación contra la corrupción».
Pero, por ahora, al parecer, quienes ganan dicha «guerra» son los del bando «perseguido» por lo que fue la CICIG, y en consecuencia, ejecutan la «venganza ciega» contra operarios/operadores de sus enemigos, utilizando toda la artillería judicial/policial estatal. Y, allí está elPeriódico como víctima circunstancial.
¿A quién persiguen, a José Rubén Zamora o a la libertad de prensa?
Quienes se sienten victoriosos en esta fracasada guerra contra la corrupción, luego de la inmoral retirada del gobierno norteamericano de dicha contienda en Guatemala, ahora, persiguen habitados por la sed de venganza a todos los y las operadores de sus oponentes: Agentes fiscales, jueces, periodistas, entre otros.
El bando oligárquico victorioso, con el silencio cómplice norteamericano, se envalentona y ocupa todas las instituciones públicas que la aparente democracia liberal había creado y fortalecido: Universidad Nacional, Procuraduría de Derechos Humanos, Fiscalía Especial contra la Corrupción e Impunidad. Y finalmente, a elPeriódico, con la finalidad de tener todo bajo control
El allanamiento e intervención por cerca de 10 horas consecutivas de elPeriódico tenía la finalidad de escarmentar cualquier emprendimiento comunicacional que se atreviese a cuestionar el corrupto poder hegemónico. «Quien no se apega paga», parece ser la consigna.
Al parecer, es el inicio de facto de la legalización y normalización de la violación de la libertad de prensa. En este caso lo hicieron rompiendo el debido proceso, con la espectacularidad excepcional y sin mayor explicación o argumento.
Es importante indicar que a Zamora y a elPeriódico lo intervinieron, detuvieron, enjuiciaron, en diversas oportunidades, desde inicios del presente siglo.
¿Cuál es el mensaje para los movimientos sociales?
En los últimos años, ante la persecución y estigmatización (incluso desde los medios corporativos), las comunidades en resistencia y organizaciones antineoliberales optaron por montarse en las plataformas digitales de las redes sociodigitales, y desde allí constituirse en comunicadores/as de sus luchas.
Con el allanamiento e intervención de facto del diario elPeriódico los mensajes del Estado de Guatemala son evidentes:
Escarmentar y castigar a quienes no se apeguen a la agenda hegemónica. «Estamos en democracia, pero nosotros tenemos el poder. Nosotros decidimos qué prensa se permite y qué no», es el mensaje, al parecer. Por tanto quienes se atrevan lo contrario saben a lo que se atienen.
«Quitar el agua al pez». Como en las épocas más oscuras de la guerra interna del pasado siglo, buscan dejar ciegos y solos a los sectores populares que impotentes se oponen al gobierno y a la élite neoliberal de turno.
Castigar a los medios y periodistas que se atrevan a proveer vitrina, espacios, a las luchas de las comunidades en resistencia y movimientos antineoliberales, es el objetivo. Pero olvidan que la mayoría de los contenidos que difunden los medios corporativos, incluyendo elPeriódico, son generados y difundidos por usuarios de las redes sociales.
Después de este ataque espectacular a la libertad de prensa, utilizando el aparato estatal, sin mayores razones, ni argumentos jurídicos, el siguiente campo a intervenir son las redes sociodigitales y emprendimientos comunicacionales de las comunidades y movimientos sociopolíticos que proponen cambios estructurales en el país. La criminalización y asesinato de defensores/comunicadores de movimientos como CODECA fue una constante impune en estos últimos años.
Sin libertad de prensa, los sueños de cambios estructurales se ponen más cuesta arriba
Los intentos de procesos de cambios estructurales, impulsados por sectores populares en el Continente, ocurren bajo los paraguas legales e institucionales de la democracia liberal. Y, una de esas instituciones de la democracia liberal formal es la libertad de prensa.
Sin libertad de prensa para los subalternos se hace más cuesta arriba el sendero de los procesos de cambio.
En este sentido, incluso los movimientos plurinacionales y comunidades en resistencia deberíamos prestarle mayor atención a este acto de vulneración de libertad de prensa, muy a pesar que dicha trifulca sea intraoligárquica «post guerra contra la corrupción».
rmh/oi
*Ollantay Itzamná
Defensor de Derechos de la Madre Tierra y Derechos Humanos desde Abya Yala
(Tomado de Firmas Selectas)