Por Sinay Céspedes Moreno
Corresponsal jefa de Prensa Latina en Ecuador
Oficialmente nombrada Santiago de Guayaquil, la urbe es la segunda más poblada del país después de Quito, la capital; el golfo resulta el entrante de agua más grande del océano Pacífico en Sudamérica y el principal centro económico, de recursos culturales y financieros de la costa.
Fundada el 25 de julio de 1547 como astillero y puerto comercial al servicio de la corona española, la ciudad fue punto histórico de levantamientos y lucha, convirtiéndose en la primera en independizarse de la colonia el 9 de octubre de 1820.
Entre los hechos destacados desde ese escenario estuvieron la Revolución Liberal, liderada por el general Eloy Alfaro en junio de 1895 contra los conservadores, así como la Revolución de Mayo de 1944, conocida como “La Gloriosa”, gestada en Guayaquil y Quito con la finalidad de derrocar al presidente Carlos Arroyo del Río y que permitió el ascenso de Velasco Ibarra a la presidencia.
ANIVERSARIO 487 SIN MUCHO QUE CELEBRAR
Este año, en el aniversario 487 de la fundación, muchos coincidieron en que no hubo motivos mayores para celebrar, pese a los esfuerzos por garantizar el avance de la urbe, cuando la violencia y la delincuencia impiden un apropiado desarrollo.
De un lado, las bandas criminales tomaron varios sectores, mientras aumentan los asaltos y robos a transeúntes, viviendas, conductores de autos y locales comerciales, al igual que las muertes al estilo sicariato.
Por otra parte, el Gobierno nacional aplica medidas que van desde Estado de excepción focalizado hasta el reforzamiento de presencia militar en las calles, pero sin obtener los resultados esperados.
Entre las disposiciones recientes para frenar los índices de delitos constan la prohibición de porte ilegal de arma de fuego en el espacio público, lo cual acarreará, además de cárcel, una multa de cinco salarios básicos unificados, equivalentes a dos mil 125 dólares.
Tampoco está permitido portar armas blancas, lo cual es penalizado con un sueldo básico (425 dólares), sin perjuicio del retiro del cortopunzante.
Asimismo, desde enero y hasta junio último, el 60 por ciento de los delitos registrados en territorio guayaquileño los cometieron motorizados, y por esa razón rige una normativa que impide a dos personas movilizarse en ese medio de transporte, con excepción de quienes viajen junto a esposa, hijo, adulto mayor o menores de 12 años.
Mientras el Ejecutivo implementa programas antidelincuenciales, la alcaldía señala que destinó más de 27 millones de dólares a combatir ese flagelo. Sin embargo, el miedo continúa en las calles y los comercios cierran cercano a la puesta de sol para evitar robos, en la medida de lo posible.
En lo que va de 2022, solo en la Zona Ocho de la provincia Guayas, que abarca a Guayaquil, Durán y Samborondón, estimados oficiales dieron cuenta de 790 muertes violentas, muchas resultantes de conflictos entre bandas, sobre todo por el control del narcotráfico.
El desempleo es otro problema que golpea a los guayaquileños, así como el alto índice de ciudadanos cuyos ingresos mensuales son menores al sueldo mínimo o con trabajos informales.
DESFILES, CONCIERTOS Y FERIAS EN LAS FIESTAS JULIANAS
Pese a la situación, Guayaquil celebró sus fiestas julianas con desfiles, conciertos de artistas nacionales y extranjeros, ferias gastronómicas, artesanales y mucho colorido en una ciudad que busca sonreír y seguir adelante.
Calles embanderadas, plazas iluminadas y espacios ocupados por exposiciones de arte abundaron desde el inicio de julio en un período de festividad, unidad y disfrute.
Desde el habitual pregón de las fiestas, pasando por desfiles aéreos y náuticos, danza, teatro y exhibiciones de la cocina local e internacional, hasta espacios infantiles, Guayaquil se vistió de azul y blanco y dejó, un poco de lado, sus angustias y pesares.
El próximo encuentro festivo de la Perla del Pacífico llegará en octubre, a propósito de los 202 años de la proclamación de independencia.
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